Así presentó su caso a los periodistas a la salida de su declaración que, según indicaron a Servimedia fuentes del partido, se desarrolló entre las 10.30 y 11.15 horas. El Congreso de los Diputados concedió por unanimidad el suplicatorio que tramitó el Supremo para poder juzgarle pese su condición de aforado.

En ella, apuntó él mismo a la salida, “no ocurrió nada de lo que dicen que ocurrió” y aseguró que ni siquiera estaba allí en ese momento y que su imputación es “un intento más de criminalizar la protesta, de criminalización de la disidencia, de amedrentar a la gente que lucha en la calle por los derechos”.

De acuerdo con su relato, participó hace ya siete años (“a lo mejor es casualidad que salga ahora”, ironizó) en una manifestación, junto a otros miles de canarios, en favor de la educación pública y contra los recortes. “No tengo nada de lo que arrepentirme ni nada de lo que avergonzarme”, aseguró, antes de prometer que seguirá participando en movilizaciones “por mucha persecución, por mucho montaje policial, por muchos intentos de criminalización que haya”.

Por tanto, según su versión, su imputación “es parte de una estrategia generalizada de criminalización de la protesta social”, que aseguró que no es sólo contra él pero que, dejó caer “a lo mejor tiene que ver también con que sea ahora mismo, actualmente, diputado de Unidas Podemos”.