Núñez Feijóo hizo este pronunciamiento en una reunión en Pontevedra de presidentes de diputaciones, cabildos y consells gobernados por el PP, donde estuvo el presidente nacional del partido, Mariano Rajoy. Allí encomendó a las diputaciones provinciales la tarea de preocuparse por los pueblos pequeños porque "la primera obligación de un presidente de diputación es ser presidente de los pueblos".

En su opinión, es lógico y natural que en un momento como éste se cuestione todo, a los políticos, el modelo institucional y hasta la democracia, pero él no ve no fallos en la estructura del Estado sino la coordinación entre ellas, no en el sistema sino el liderazgo del sistema, no en España sino en el Gobierno.

Por eso, llamó a "no caer en el lenguaje socialista", que, desde su punto de vista, culpa a los bancos y los mercados para no dar cuenta de su derroche y su política económica improvisada. Análogamente, cree que algunos portavoces del PSOE han puesto en solfa las diputaciones "para no hablar de la contundente derrota electoral" del 22 de mayo. Según dijo, "la única diferencia entre un socialista que defiende las diputaciones y otro que las critica es si cobra o no cobra su nómina de ellas".

"Somos el mismo Estado, las mismas comunidades y las mismas diputaciones con las que alcanzamos las mayores cotas de bienestar", argumentó, abogando por "definir bien el papel de cada administración", "hacer más con menos y no iniciar debates que no sabemos cómo van a acabar" sobre la vigencia de las diputaciones.

Así, dijo que una diputación bien gobernada es la que produce ahorros a los ayuntamientos, la que cubre los servicios a los que no llegan éstos y no los duplica; la que coordina, complementa y coopera, no la que compite".