Rajoy hizo estas declaraciones durante la presentación del libro “Lo que hay que hacer con urgencia”, coordinado por el profesor Juan Velarde y en el que una treintena de economistas analizan las consecuencias de la crisis actual y aportan ideas de las reformas necesarias para recuperar la senda del crecimiento y la creación de empleo.

En su intervención, destacó la “oportunidad” de esta obra “indispensable”, sobre la que incluso bromeó que piensa “examinar” a sus colaboradores económicos, por contener un conjunto de reformas que estima adecuadas para superar la actual crisis económica.

Su exposición pivotó sobre la idea de que “hay soluciones” para la actual situación de España “si las cosas se hacen de otra manera”. Envió un mensaje de esperanza al asegurar que “no hay razones para el desánimo o la decepción” y al alabar a España como “un gran país que tiene gente preparada” y que cuenta con empresarios y trabajadores dispuestos a crear empleo.

En su opinión, el problema radica en las recetas que ha aplicado el Gobierno de Zapatero durante los últimos siete años, de las que comentó que “no son más que fórmulas milagreras, demagogia ramplona y una especie de bálsamo de Fierabras”, en alusión a la poción mágica que curaba todas las heridas según las leyendas carolingias.

LA RECETA DEL PP

Rajoy presentó su “alternativa” de oposición como la receta más adecuada para salir de la crisis y para que España regrese al “grupo de los buenos como Holanda, Finlandia u otros países” de la UE.

Para ello, indicó que es necesario “hacer los deberes” que manda Europa y rebajar la prima de riesgo hasta que no haya diferencial con Alemania, como subrayó que ocurrió en la etapa de gobierno de José María Aznar.

Para conseguirlo, el presidente del PP indicó que es necesario “un gobierno serio, con gente competente y conocedora de las materias”, y “se necesita otra forma de gobernar, acabar con las ocurrencias y el cortoplacismo” del que cree que ha hecho gala Zapatero.

“Se necesita huir como la peste de la demagogia, que hace muchísimo daño a la economía española”, sentenció a modo de crítica al jefe del Ejecutivo. “Se necesita un Gobierno que presente un plan a cuatro años, que lo presente en el Parlamento y que reciba un respaldo de la mayoría en las Cortes y tenga determinación para llevarlo a cabo”.

Rajoy avanzó los seis pilares sobre los que piensa sostener su política económica si gana las próximas elecciones generales y llega al Gobierno: austeridad en las administraciones públicas, eliminar trabas burocráticas, garantizar la seguridad jurídica, proyección exterior de España, mantener el nivel de bienestar y mejorar la educación.

Subrayó que estos seis pilares necesitan, en primer lugar, que crezca la economía y se cree empleo. Si se consigue, auguró que los mercados darán un respiro a España y se conseguirán más ingresos para el Estado. Pero advirtió de que si fracasa el plan, “nuestros problemas serán mayores” y “las cosas serán infinitamente peores”.

Entre las reformas a llevar a cabo, Rajoy destacó por encima de todas la del mercado laboral para facilitar la creación de empleo. Por ello, rechazó por insuficientes la reforma laboral aprobada por Zapatero el año pasado y la de la negociación colectiva de este año. Indicó que sería mejor “ir a un contrato único” en España que aporte “más claridad” a las empresas.

También abogó por la unidad de mercado en todas las comunidades autónoma, las ayudas a los emprendedores y reducir el número de leyes para que haya menos intervencionismo público. Lamentó que el Ejecutivo de Zapatero no ha hecho lo que se le pedía y las reformas que ha emprendido las ha tramitado “de manera timorata y con una enorme lentitud”.