Entre ellos, hay unos 10 millones de niños que podrían morirse de hambre y que ya luchan por sobrevivir en campos de refugiados y regiones en guerra.

Bajo el título 'Doble Desafío', el informe destaca que las personas en riesgo de inanición han aumentado un 50% respecto a 2019, lo que constituye “la peor crisis de hambre en décadas”.

El trabajo revela que estas crisis alimentarias se concentran en 20 países como Afganistán, Siria o Sudán del sur.

Según estimaciones de la ONU, 235 millones de personas en todo el mundo necesitarán asistencia humanitaria en 2021, un aumento sin precedentes del 40% en sólo un año.

Además, 121 millones de personas se iban a dormir con hambre a finales de 2020 debido al impacto de la Covid-19, sobre todo en países ya afectados por crisis.

Unos 9,3 millones de personas en Siria sufren actualmente inseguridad alimentaria (casi la mitad de la población del país), la cifra más alta registrada. Esto representa un aumento de 1,4 millones de personas desde el inicio de 2020, según el Programa Mundial de Alimentos.

Alrededor de 3,3 millones de refugiados en toda África Oriental se enfrentan a recortes de raciones de entre el 10 y el 40%, lo que les expone a más hambre y malnutrición. Por ello, World Vision reclamó un aumento de la financiación a la comunidad internacional, para garantizar una respuesta rápida y esencial a las hambrunas que se avecinan.

"El hambre es devastadora para la salud y la educación de los niños. Las consecuencias de esta pandemia siguen amenazando a toda una generación de muchas maneras”, indicó el presidente y director general de la ONG, Andrew Morley. “La comunidad internacional debe actuar ahora para responder a esta crisis inminente y llevar esperanza a los más vulnerables”, concluyó.