En buena parte de ellas, el PSOE contó con el apoyo del PNV, que vio aprobadas también todas sus propuestas menos dos, las que desde un principio despertaban recelo entre los socialistas.

Son las que pedían el fondo de capitalización dentro de la reforma laboral, y la que reclamaba un incremento de las pensiones de viudedad superior al ya acordado por PSOE y CiU en la reforma del sistema de pensiones.

El otro "socio presupuestario" del PSOE, Coalición Canaria, sacó adelante sus cuatro propuestas.

Sin embargo, el PP sólo vio aprobadas tres de sus propuestas, relativas a política exterior, transparencia, y respeto por el Parlamento, que contaron con el apoyo de los socialistas.

El grupo de ERC-IU-ICV sacó adelante cuatro de sus propuestas, y CiU ocho, entre ellas la transaccional que muchos portavoces consideraban la más relevante del debate, sobre aumento de protección para los hipotecados.

UPN áprobó una de las dos que mantuvo vivas, porque retiró la relativa a Bildu para facilitar el acuerdo entre todos.

El BNG consiguió sacar adelante tres de sus cuatro propuestas, y UPyD no logró aprobar ninguna de las suyas.