Los socialistas asumen que la decisión de IU obedece a cierto castigo de la militancia por el trato recibido de los socialistas extremeños durante los gobiernos de mayoría absoluta, pero a pesar de ello centran su reflexión en la “contradicción” que supone ser de izquierdas y permitir que gobierne la derecha.

Así lo explicó el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias,

en la rueda de prensa posterior a la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, a la que asistió el secretario general y presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

La reflexión es compartida por la dirección, en el sentido de respaldar al presidente en funciones y secretario general de los socialistas extremeños, Guillermo Fernández Vara, por su “magnífico trabajo” e incluso su “magnífico resultado”.

Hubo más votos de izquierdas, subrayó, pero los militantes de Izquierda Unida han decidido “dejar pasar” al PP con su abstención, a pesar de “todo el esfuerzo” desplegado por la dirección federal de la coalición para que no fuera así.

Pretender forzar políticas de izquierdas “no es fácilmente conciliable” con respaldar a candidatos de derechas, insistió Iglesias, haciéndose eco de una decisión que “ha dolido” en el PSOE pero que respetan y que, en todo caso, será IU quien tenga que explicar.

Iglesias aseguró que los socialistas están dispuestos a hacer “toda la autocrítica que sea necesaria”, y admitió que la relación de un partido que tiene mayoría absoluta con otro que no tiene representación parlamentaria puede ser “excesivamente fría, lejana”.

Es cierto que el PSOE tenga que “mejorar” su relación con Izquierda Unida, reconoció, pero “de ahí a justificar que para dar un giro a la izquierda hay que apoyar a la derecha… Es una contradicción que no es fácil de explicar”, insistió.