Así se expresó LaHood en la inauguración de una jornada técnica sobre infraestructuras ferroviarias, organizada por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y la Cámara de Comercio de EEUU en España, en la que compartió protagonismo con el ministro de Fomento, José Blanco, y el embajador de EEUU en España, Alan D. Solomon.

LaHood explicó que en los últimos dos años y medio, desde que la Casa Blanca anunció su intención de impulsar la alta velocidad feroviaria, ha estado en 15 países analizando los distintos sistemas de AVE.

Sin embargo, admitió que en EEUU hay

“críticos, cínicos y escépticos” con la alta velocidad, por lo que defendió su importancia para crear empleo de calidad a corto plazo y para mejorar la competitividad a medio y largo.

Asimismo, explicó que las previsiones apuntan a que EEUU tenga 100 millones más de habitantes en 2050 por lo que advirtió de que “los aeropuertos y las autopistas no podrán hacer frente y si no impulsamos la aalta velocidad nos veremos abrumados por nuestro propio crecimiento”.

INVERSIÓN ESPAÑOLA

“Lo que quiere EEUU para los próximos 25 años es conectar el 80% de sus ciudadanos con trenes de alta velocidad”, prosiguió LaHood, quien alentó a las empresas españolas a invertir allí “para que la alta velocidad llegue a EEUU como ha llegado a España”.

Por su parte, Salomon dijo a “los que no creen que podamos permitirnos la alta velocidad feroviaria porque resulta poco realista, que vengan a España y viajen en AVE a Barcelona, Sevilla o Valencia”.

En el otro sentido, explicó que “la lección que España puede aprender de EEUU es el transporte de mercancías por ferrocaril, que es cuatro veces más eficiente que la caretera”.

A este respecto, recordó que entre 1990 y 2007 EEUU registró un aumento del 29 al 40% de la cuota de mercado de las mercancías ferroviarias. En España, la cuota no llega al 5%.

En la misma línea, Blanco destacó que “EEUU es líder mundial en transporte de mercancías y España en alta velocidad, por lo que son dos países que no pueden dejar de aprender el uno del otro”.

Por ello, ofreció la experiencia de España en el campo de la alta velocidad y destacó la “predisposición de las empresas españolas a participar en el desarrollo del plan Obama de infraestructuras”, que contempla una inversión inicial de 8.000 millones de dólares en alta velocidad.