Las empresas con esta acreditación se evalúan de acuerdo con los criterios de abordar el impacto de un producto sobre el medio ambiente durante todo su ciclo de vida, desde la extracción de materias primas hasta la producción, distribución y eliminación.

De esta forma, la empresa ha tenido que mostrar la forma en que había eliminado cloro de sus procesos de fabricación y generado menos de 40 kg de contaminación orgánica en el agua por tonelada producida de tejido, así como consumir menos de 3.000 kWh de electricidad por tonelada de tejido producido, entre otros aspectos.