Según informó hoy Unicef, sus grupos de trabajo en el Pacífico están ya realizando una “rápida evaluación de las necesidades”, con especial énfasis en la situación de mujeres y niños. También asegura que proporcionará a los niños y familias de Samoa y Tonga suministros y apoyo técnico “de forma inmediata”.

Para esta agencia de las Naciones Unidas, se trata de “una tragedia de increíbles proporciones”. Entre sus prioridades, están la de inmunizar a los niños contra el sarampión, asegurar la protección de la población más vulnerable y establecer instalaciones de saneamiento para prevenir brotes de enfermedades relacionadas con el agua.

Por su parte, tanto Cáritas Indonesia como todas las Cáritas donantes han activado el nivel de máxima alerta para dar respuesta humanitaria inmediata a las necesidades de los damnificados.

Hoy partieron ya hacia la zona siniestrada varios expertos de la red internacional de Cáritas, que apoyarán en Sumatra a los trabajadores locales de la organización.

Cáritas estima que “al menos” el 50% de la ciudad de Padang, ubicada a una hora del epicentro del seísmo, ha quedado destruida. También confirma que “numerosos edificios se han venido abajo”, que se han declarado “numerosos incendios” en la zona y que las redes eléctricas y telefónicas están cortadas, al igual que muchas comunicaciones terrestres.