Las mismas fuentes indicaron que el tabaco ilegal era almacenado y vendido por el propietario de la tienda, Paulino L.L., de 50 años. En el momento de la incautación, el dueño echó los cierres del establecimiento y salió huyendo por una pequeña puerta trasera.

Los funcionarios municipales avisaron al Servicio de Vigilancia Aduanera y consiguieron obtener una orden de registro para poder entrar en el ultramarinos.

Según las mismas fuentes, desde que PaulinoL.L. huyó hasta que se consiguió la orden judicial para entrar en la tienda, un hijo del propietario fue al establecimiento con la intención de echar más cierres a la entrada.