Así lo ha señalado Javier Arenzana, socio responsable de Telecomunicaciones de KPMG, durante un encuentro informativo sobre los desafíos de este sector organizado por esta consultora junto a la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE).

Arenzana señaló que el 5G va a traer muchas ventajas para los ciudadanos, no solo de mayor velocidad como anteriores generaciones de tecnología móvil, sino de fuertes posibilidades de ingresos para muchos sectores y de crecimiento para la economía en general.

Sin embargo, la gran inversión que ahora tienen que afrontar los operadores para el despliegue de redes y servicios 5G no se va traducir de manera rápida en ingresos, “por lo menos en el segmento residencial, sí en el de empresas”, y eso obliga a que los Gobiernos impulsen estímulos a la inversión para las compañías, añadió este experto.

“Si queremos que los operadores aceleren la implantación, tenemos que anticipar mecanismos para compensar” el considerable desembolso que deben hacer ahora, defendió Arenzana. “Necesitan un incentivo inversor para acelerar los despliegues”.

Recordó que en Reino Unido, por ejemplo, se ha puesto en marcha un piloto en el que Ford y Vodafone van a colaborar en el desarrollo del 5G, y en Alemania se ha reservado parte de espectro en la subasta de 5G para activación de la nueva tecnología en zonas industriales.

Este experto advierte de que España y Europa están bien colocadas en despliegue de red de fibra, pero otros países como Estados Unidos, China o Corea se están posicionando mejor en la extensión del 5G, y el Viejo Continente no debería quedarse en el furgón de cola.

Por eso, desde KPMG ven capital el uso que se haga de los fondos europeos de reconstrucción pospandemia, que prevén un “presupuesto importantísimo” para digitalización, según destacó Natán Díaz, socio responsable del área de sector público e infraestructuras.

Sobre los movimientos de consolidación en el sector ‘teleco’ en España, Arenzana cree que tendrá efectos positivos en el ahorro de costes por la disminución de la "fricción competitiva", y los ve más viables ahora por la mayor disposición que tiene a las integraciones el nuevo equipo de gobierno de la Comisión Europea.