En una nota de prensa, explican esta renuncia a recurrir a los servicios de compañías de seguridad privada para proveer de protección a sus buques, al considerar esta vía insegura, insuficiente y de imposible encaje legal.

De hecho, los armadores consideran que ningún sistema privado puede compararse a la profesionalidad y garantía legal que suponen los infantes de marina españoles, cuyo saber hacer en un entorno tan complicado como el de la mar, así como el estricto seguimiento que llevan a cabo de los protocolos de seguridad militar, garantizan que todas sus acciones se ajusten a Derecho.

Finalmente, reiteran que la única solución, para ellos, es la del embarque de infantes de marina en los atuneros de pabellón español, como ha hecho el gobierno francés e incluso que están dispuestos, y así lo han señalado de forma reiterada al Gobierno, a costear los gastos que esto suponga.