Para ello, la compañía ha empleado cerca de 3 millones de sacos que cuentan con la certificación del Consejo de Administración Forestal (FSC, en sus siglas en inglés), que garantiza que la madera o el papel con el que se han fabricado los productos finales procede de bosques gestionados ambiental, social y económicamente de manera responsable.

Además de los sacos que emplea para la distribución de cemento, la compañía también fomenta que la madera de los nuevos palés de sus fábricas cuente con el certificado FSC.

Igualmente, los materiales de comunicación que desarrolla la empresa se hacen en papel de origen sostenible.

Toda esta estrategia, explica la compañía, se enmarca en la alianza que Lafarge Cementos selló en 2007 con la WWF Red Ibérica de Comercio Forestal, gracias a la cual las compañías contribuyen a frenar las talas ilegales y promueven la gestión forestal sostenible.