Según explicó éste es el "el mayor escándalo electoral" de los últimos años que ha hecho que de los 705.768 potenciales electores, sólo un 5% ejerció su derecho al voto, cuando cuatro años antes los votantes fueron el 30% del censo.

Llamazares atribuye al "carácter perverso" de la última reforma de la Ley Electoral estas consecuencias. A su juicio, los cambios han sido "un fiasco" tras la supresión "de un plumazo" del derecho de los españoles residentes en el extranjero a votar en las elecciones municipales.

Esa reforma, criticó, también endurece los requisitos para que votaran en los comicios autonómicos, de manera que los 1.400.000 ciudadanos inscritos en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) tenían que solicitar el voto por escrito y votar por correo certificado o en alguna de las urnas instaladas en los consulados.

Llamazares denunció que esos ciudadanos no recibieron información previa sobre el procedimiento para votar, ni se hizo campaña oficial de ningún tipo. De resultas, sólo el 7,03% de los que pidieron la documentación fueron admitidos y únicamente el 5% ha ejercitado su derecho.

El portavoz de IU ha pedido a la Junta Electoral Central que realice un informe sobre tan escasa participación, y proponga medidas para que esos altos niveles de abstención no se vuelvan a producir.

IU ha entredago un informe que revela que de los 85.115 asturianos en el extranjero que podían votar lo pidieron 8.477 y sólo llegaron 3.290 votos; en Baleares, de 14.784 inscritos recibieron 571 votos; en Canarias votaron 567 electores desde el extranjero (el 2,6%), mientras en 2007 lo hicieron 21.238; en Madrid hubo 13.439 solicitudes de los más de 178.000 inscritos y se recibieron 6.889 papeletas, la mitad que en las elecciones anteriores.

Llamazares acabó pidiendo al Gobierno que depure "responsabilidades políticas" tanto en el Ministerio del Interior, encargado del registro del CERA, como en el de Asuntos Exteriores, que debía controlar el proceso de votación.