Según informa la Asociación El Defensor del Paciente, la mujer ingresó a finales de febrero de 2003 en dicho centro sanitario y falleció el 1 de junio de ese mismo año, cuando tenía 72 años de edad.

La sentencia recoge que a partir del ingreso de la paciente ante la existencia de un proceso infeccioso que deterioró su estado de salud, no se la trató adecuadamente de la hiperpotasemia (exceso de sales de potasio en la sangre) que padecía, por lo que hubo falta de medios.

El fallo señala que también hubo falta de medios al enviarla a planta desde la UCI, de lo que se deduce que, "ciertamente, los familiares tenían razón al demandar una mayor atención para la paciente".

Además, la sentencia considera que al producirse el paro cardiaco que, finalmente, ocasionó el fallecimiento de la paciente, tampoco se pusieron los medios a su disposición por no adoptar en un momento crítico todas las medidas terapéuticas necesarias y que son habituales en la praxis médica cuando se produce una circunstancia de esta naturaleza.