Estas nuevas cifras suponen un aumento de un 16% de la desnutrición aguda y de un 22%en la desnutrición aguda grave desde 2020 entre los niños menores de 5 años en el país.

Según estas agencias, ambas tasas están entre los más altos niveles de desnutrición aguda grave registrados en Yemen desde la intensificación del conflicto en 2015. La desnutrición daña el desarrollo cognitivo y físico de los niños, especialmente durante los dos primeros años de vida, apuntaron. “Es en gran medida irreversible, y perpetúa la enfermedad, la pobreza y la desigualdad”.

Indicaron que prevenir la desnutrición y abordar sus devastadoras consecuencias comienza con una buena salud maternal y que, sin embargo, unos 1,2 millones de mujeres embarazadas o lactantes sufrirán desnutrición grave en Yemen en 2021.

“Años de conflicto armado y de declive económico, la pandemia de Covid-19 y un grave déficit de fondos para la respuesta humanitaria están llevando a las comunidades al límite, con un aumento de la inseguridad alimentaria”, indica el informe. “Muchas familias tienen que recurrir a reducir la cantidad o calidad de la comida”, agrega.

Según la investigación, “hoy Yemen es uno de los lugares más peligrosos del mundo para un niño. El país presenta altas tasas de enfermedades contagiosas, un acceso limitado por parte de los niños y familias a las vacunaciones rutinarias y a los servicios sanitarios, deficientes prácticas alimentarias para niños pequeños y bebés y unos sistemas de agua y saneamiento inadecuados.