Alarte protagonizó el acto central de su campaña electoral junto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ante 15.000 personas que llenaban la plaza de toros de Valencia.

En contra de lo previsto por el Comité Electoral del PSOE, Rodríguez Zapatero no hizo mención alguna a los casos de corrupción del PP en este territorio, según explicaban después los socialistas porque ese fue el eje central del discurso de Alarte y el presidente optó por centrarse en la idea central del partido en estas semanas, el futuro del estado del bienestar.

Alarte lanzó un mensaje expreso al líder del PP, Mariano Rajoy, que previsiblemente estará en Valencia el próximo martes, junto a Camps.

Si dice “con toda su cara, y tiene mucha”, que Camps es un hombre “honorable y decente”, le advirtió, significará “que le tiene mucho miedo, porque sabe mucho”, y si no dice nada se podrá deducir “que es igual de indigno”.

Frente a cualquiera de esas posibilidades y en contra de los “agoreros”, Alarte llamó a los valencianos a “no resignarse, a ser valientes” y a decidir en las urnas su propio futuro “de dignidad y honradez”.

“Dignidad” es la palabra que más se escucha en los actos de Alarte, que quiere visualizar en esa palabra la gran diferencia entre su proyecto y el de Camps.

Precisamente fue Alarte el que respondió ante Rodríguez Zapatero a las recientes declaraciones de Camps sobre el abuelo del presidente, para proclamar que la dignidad por la que murió

“no la han conocido nunca” los dirigentes del PP en Valencia.

Los valencianos acumulan “razones para la indignación”, aseguró, pero ahora se trata de transformarlas en un proyecto para una sociedad “más digna, la Valencia de verdad, que no es la de Camps y los suyos, es la de la gente trabajadora y honrada”.

El incidente del mitin fue la sonora pitada de los 15.000 asistentes a un equipo de Canal9 al que gritaron “fuera, fuera”, lo que obligó a los oradores a denunciar la “manipulación” del canal autonómico pero precisando que sus trabajadores no son responsables sino “víctimas”.

Así lo dijo Joan Calabuig, candidato a la Alcaldía de Valencia, y también Alarte, que llegó a pedir a los asistentes un aplauso en pie para el mismo equipo que minutos antes había sido abucheado.