“Debe primar la calidad por encima de la cantidad e, incluso, de las prisas, en el sentido en que puede merecer la pena quizá gastar menos este año si realmente esto es el resultado de ser más cuidadoso, más selectivo con los proyectos y dejar parte de esos fondos para ser invertidos en los próximos años cuando se haya cubierto esa selección cuidadosa, rigurosa de los proyectos más prometedores para nuestra economía”, expuso.

Su demanda la formuló durante una sesión del ‘Banking Lab’ organizado por AEB, donde coincidió junto a los responsables de los servicios de estudios del Santander, Alejandra Kindelán, del Sabadell, Sofía Rodríguez, y de BBVA, Jorge Sicilia, en que son recursos que ofrecen una oportunidad para modernizar la economía y reforzar su potencial que debe aprovecharse al máximo.

El propio Banco de España ha estimado que la ejecución de los recursos que procederán del fondo NextGeneration UE pueden aportar un crecimiento adicional de “aproximadamente 1,3 puntos porcentuales de PIB”, según recordó Arce, precisando que dependerá de cómo y cuándo se ejecuten los proyectos.

Al respecto defendió que dicho efecto multiplicador positivo sobre la actividad y el empleo “será mayor en la medida en que una mayor proporción de esos fondos europeos se dediquen a proyectos de inversión con capacidad de aumentar el crecimiento potencial de la economía española”.

A su juicio la clave está además en aprovechar los recursos para invertir en proyectos “muy dirigidos a temas medioambientales y de temas de digitalización que, por supuesto, son absolutamente esenciales para modernizar nuestra economía”, pero también “seguir incidiendo” en mejorar además el capital humano y acometer las reformas que precisa la economía.

Sobre el primer aspecto juzgó preciso mejorar “las habilidades y los conocimientos de los trabajadores que al final del día van a tener que utilizar ese nuevo capital físico”. En cuanto a las reformas estructurales demandó acometerlas “sin dilación” para mejorar el potencial de crecimiento a futuro de la economía y modernizarla.

En particular puso el acento es la necesidad de abordar la dualidad del mercado de trabajo porque “hemos visto de manera palmaria en esta crisis como en dos semanas de marzo se destruye a casi un millón de puestos de trabajo de trabajadores temporales”, y en muchos casos se trata además de empleados jóvenes, de mujeres o de inmigrantes “que ya partían de una situación de cierta precariedad”.

“No sólo es una cuestión de eficiencia económica, es una cuestión también de justicia social, de repartir de una manera más justa el nivel de protección dentro del mercado de trabajo”, abundó. Al respecto, estimó que “hay que ser valientes, hay que ser creativos y posiblemente también hay que ser lo suficientemente pragmáticos” para utilizar los fondos de Europa para implementar “determinadas reformas en el mercado de trabajo” y poner en marcha mecanismos como el “famoso modelo de mochila austríaca”, que, a su juicio, resulta “un instrumento particularmente útil para afrontar ese problema de dualidad”.

En segundo término, demandó “mantener la flexibilidad que disponen las empresas ahora mismo para poder ajustar, de la mejor manera posible, sus necesidades y el uso del factor trabajo” porque se van a enfrentar, como toda la sociedad española, ante el “enorme” reto de readaptación de nuestra estructura productiva a un entorno tremendamente cambiante e incierto.

“Ante la total incertidumbre vamos a necesitar ser flexibles y movernos rápido y ágil. Es absolutamente esencial mantener los elementos de flexibilidad que se han mostrado útiles en el actual marco laboral”, insistió.

Arce estimó que “nos la jugamos con la buena utilización de los fondos europeos” tanto España, “porque es una magnífica oportunidad de modernización de nuestra economía”, pero también Europa porque “la apuesta europea por este fondo es mayúscula, no tiene precedentes” y si sale bien está llamado a ser “el embrión de una verdadera capacidad fiscal común para toda la Unión Europea”. “Si esto no sale bien cabe pensar que esa aspiración que muchos tenemos para alcanzar una verdadera Unión Fiscal Europea pues entre en una vida lenta o en vía muerta directamente”, alertó.

Por último, reconoció que “todavía resulta necesario mantener un fuerte estímulo fiscal mientras la crisis sanitaria esté con nosotros”, pero “también es el momento de pensar en cómo vamos a reconducir esas finanzas públicas una vez que la recuperación esté convenientemente asentada”.