En este ocasión, Fátima Hssisni entró a la sala de vistas cubierta por un “burka” negro pero, al sentarse para declarar ante el tribunal, y siempre de espaldas al público y al gran número de medios de comunicación congregados, se retiró la parte superior del velo, con lo que tanto los jueces como los abogados y la fiscal pudieron ver su rostro mientras declaraba.

“La polémica es de ignorantes, en muchos países europeos se ve con más normalidad”, dijo en una conversación con periodistas antes de comenzar la vista oral.

Tras acceder finalmente a retirarse la parte superior del “burka”, Hssisni pudo declarar por fin en el juicio que Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional está celebrando contra nueve presuntos miembros de una red terrorista internacional.

Esta red, que operaba en Madrid y la provincia de Barcelona, se dedicaba presuntamente a reclutar y adoctrinar a jóvenes musulmanes a los que posteriormente enviaba a Iraq para cometer atentados suicidas.

Hssisni declaró como testigo en una comparecencia que duró cerca de una hora y en la que fue interrogada sobre su hermano Hassan, que se inmoló en un atentado suicida en Faluya (Irak), y sobre su hermano Ahmed Said, que fue detenido en Damasco (Siria) cuando supuestamente se disponía a cruzar la frontera.

El presidente del tribunal, el magistrado Javier Gómez Bermúdez, indicó a la testigo nada más entrar que debía descubrirse el rostro para poder declarar. El pasado miércoles, después de enfrentarse a ella ante su negativa a retirarse el “burka”, Gómez Bermúdez le advirtió de que podía ser acusada de un delito de desobediencia grave si en esta nueva ocasión también se negaba a descubrirse el rostro.

Hssisni, que lleva 22 años residiendo en España, más concretamente en Cataluña, explicó a cara descubierta ante el tribunal que su hermano Hassan se fue a Siria en el año 2003 sin dar explicaciones a nadie y diciendo a su familia que se iba a Inglaterra.

Cuando finalmente se puso en contacto con ella, Hassan le explicó que en realidad se encontraba en Iraq en un campo de entrenamiento de Al Qaeda dirigido por el líder terrorista Abu Musab al-Zarqawi y añadió que iba a salir en televisión. La testigo explicó que finalmente su hermano apareció en un reportaje de Al-Jazira que también emitió Telecinco.

Fátima Hssisni dijo que, después de unos meses, en enero de 2005, alguien telefoneó a su padre en Marruecos para comunicarle que Hassan “se había casado”, lo que en el argot “yihadista” significa que se había inmolado en un atentado suicida.

Sobre su otro hermano, Ahmed Said, la testigo explicó que vivió durante ocho años con ella y su marido en su domicilio de Castelldefels (Barcelona), hasta que se mudó a Vilanova i la Geltrú, también en la provincia de Barcelona. Ahmed Said tampoco comunicó a nadie de su familia su intención de marcharse a Siria, donde fue detenido en 2005.

La fiscal encargada del caso, Dolores Delgado, se interesó sobre las personas que visitaban a Ahmed Said durante la época en la que compartía vivienda con su hermana y que supuestamente estaban relacionadas con la supuesta célula “yihadista”. La testigo aseguró que su hermano nunca la presentaba a sus amigos.

Tras acabar la declaración, el magistrado Gómez Bermúdez dio las gracias a la testigo. La cordialidad reinante hoy dista mucho del enfrentamiento que ambos protagonizaron el pasado miércoles, cuando Hssisni se negó a descubrirse el rostro.

En aquella ocasión, Hssisni explicó que sus creencias religiosas no le permiten descubrirse en público y menos delante de un hombre, a lo que Gómez Bermúdez replicó que en España las creencias religiosas no pueden estar por encima de la ley civil.

“Estoy orgullosa, he declarado como tenía que ser, de espaldas al público y sin cámaras, Alá es grande”, dijo esta vez al abandonar la Audiencia Nacional.