Laboral
Valeriano Gómez propone que los nuevos ERTE estructurales dispongan de un fondo anual de 3.000 millones
- Fasga pide mejorar el mecanismo tras salvar más de 300.000 empleos en los sectores que tiene representación y pasar de algo "coyuntural" a "estructural"
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El exministro de Trabajo Valeriano Gómez ha propuesto que el nuevo sistema de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) estructurales para crisis cíclicas disponga de un fondo tripartido dotado de unos 2.500 o 3.000 millones de euros al año.
Así lo indicó en un encuentro organizado por la agencia Servimedia sobre ‘Cómo asegurar el empleo tras los ERTE’ y en el que también participaron el economista José Carlos Díez y el secretario general del sindicato Fasga, Miguel Venegas.
El exministro consideró que dicha cuantía es “más que suficiente” e indicó que actualmente se están gastando unos 10.000 millones más por los ERTE de lo que se gastaría si no se hubiera producido la crisis. Dicha cantidad es “mucho en una crisis de esta naturaleza”, según Gómez.
Destacó que se está gastando menos dinero en las prestaciones por desempleo en la actual coyuntura derivada del Covid-19 que en la anterior y que la situación es “soportable en la medida en que esta crisis no dure mucho más de lo que dura un consumo medio de prestaciones de desempleo, 20 a 24 meses”.
En cuanto al diseño del nuevo sistema de ERTE que el Gobierno quiere implantar acordado con los agentes sociales, el exministro señaló que cuando se produzca una crisis cíclica o sectorial, los trabajadores afectados se reducirían jornada en un porcentaje que tenga "que ver mucho con las características de la crisis”, de modo que durante ese periodo reducirían un salario hasta cobrar un “70%, 75% e incluso un 60% en algunos casos que ahora se percibe” y el Estado “también contribuye en forma de exoneraciones en las cotizaciones sociales”. En este sentido, recordó que el tipo de cotización actual por trabajador es del 28,3% para contingencias comunes y del 7,05% para desempleo entre trabajador y empresa.
Con ello se consigue “distribuir a tercios el coste” entre el trabajador, la empresa y el Estado, asumiendo cada parte un tercio. “Es así como funciona en centroeuropea, Alemania, Francia”, dijo Gómez, quien consideró que este modelo es “financiable, evita despidos” y el fondo “termina siendo muy eficiente, mucho más que nuestro modelo, que despide a muchos trabajadores durante la crisis, vuelven a ser contratados rápidamente, pero en el camino la mortalidad empresarial es altísima”.
LA "SALVACIÓN" DE LOS ERTE
El secretario general del sindicato Fasga, Miguel Venegas, ensalzó que los ERTE suponen una ayuda y una "salvación para los más de 300.000 trabajadores que representamos" en el sector de la gran distribución y las agencias de viajes.
Explicó que este instrumento ha sido clave para mantener de momento los puestos de trabajo de sectores que "cerraron a cal y canto" cuando de repente llegó el confinamiento por la pandemia, a pesar de que hasta ahora había sido utilizado de forma "coyuntural" en ámbitos como la fabricación de coches "cuando vienen las cosas mal".
Venegas destacó que los ERTE se han convertido "en estructural" en esta crisis económica por el coronavirus y recomendó trabajar en ello para mejorar el mecanismo y facilitar que en el futuro siga ayudando a evitar despidos y a salvar empresas.
En esta misma línea, José Carlos Díez consideró que el actual sistema de ERTE para el Covid ha sido “extremadamente eficaz” porque ha evitado un “récord histórico de concursos de acreedores”. Sin embargo, consideró que su diseño legal tiene “incentivos perversos” en referencia a que el coste de pasar de un ERTE a un ERE, de las suspensiones de empleo temporales a las definitivas, “es muy alto para el empresario, tiene que devolver todas las ayudas” porque se tienen que devolver las exoneraciones de cotización y eso “hace que tengamos trabajadores zombies, un desempleo encubierto” y concursos de acreedores que no afloran y que “impide que veamos la magnitud de la crisis”.
El economista reclamó ayudas directas a las empresas al considerar que “ésta es una crisis empresarial, especialmente de pymes y autónomos” y se alegró de que "el Gobierno haya cambiado el relato” en ese sentido. Citó ayudas para reestructurar deuda y para sectores particularmente afectados por la crisis y afirmó que España es de los países que “poco o nada han metido en ayudas directas a las empresas” que sean viables.
FORMACIÓN
Desde Fasga, Miguel Venegas consideró que “de nada te sirve tener trabajadores en ERTE sin que vayan cambiando hacia otros oficios y trabajos” y apostó por potenciar la formación profesional y las políticas activas de empleo.
Explicó que en el sector de la gran distribución y las agencias de viajes, donde está presente Fasga, se ha producido un cambio “bastante importante” en los hábitos de compra de los clientes. En este contexto, consideró que se debe tener “visión a largo plazo” y desarrollar “fórmulas atractivas” que “aseguren mucho más el empleo y fomenten la viabilidad de las empresas”.
Para José Carlos Díez, el foco se debe poner en aquellos que no han cursado formación profesional ni han ido a la universidad y que suponen el 45% de la población activa en España. En su opinión, se deben “aprovechar” los ERTE para “ligarlos ya a las políticas activas de empleo, no podemos esperar a la transformación del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE)” porque las personas con ese déficit formativo “van a entrar en pobreza severa”.
El exministro también opinó que “ha llegado el momento” de dar más medios al SEPE, ofrecer atención individualizada a los demandantes de empleo y convertir el sistema en “una ayuda” y no “una rémora”. “Hay que huir de estas recetas de gastando poco conseguimos mucho” y “ahora es importante” poner en marcha un modelo con el apoyo de los fondos europeos “que no descanse en bonificaciones a las cotizaciones sociales a las empresas, sino en construir un buen sistema de formación individual”, afirmó.
(SERVIMEDIA)
03 Feb 2021
MMR/pai