En un mitin en Madrid junto a la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, Rajoy repartió elogios entre sus dos candidatos a las elecciones autonómicas y municipales del día 22 afirmando que los españoles pueden sentirse "legítimamente orgullosos" de su capital gracias a que ha tenido un alcalde del PP, y dijo querer extender a toda España las apuestas de Aguirre por la libertad y los derechos por encima de cualquier otra consideración.

Por lo que respecta al Gobierno socialista, le volvió a reprochar no haber "tenido el cuajo para decirle a los españoles la verdad" sobre la crisis y pretender que, después de siete años, la culpa de la misma la tenga el PP. "Eso no lo hace un Gobierno responsable que tenga respeto a los demás", amonestó, asegurando que "cada mentira de los socialistas sobre la crisis ha sumado un nuevo parado".

"Siete años de socialismo nos han puesto como en el año 96", lamentó, comparando las cifras de paro de entonces y ahora y afirmando que "éstos son los datos" que demuestran que cuando el PSOE gobierna sube el desempleo y cuando lo hace el PP disminuye. En consecuencia, prometió: "Volveremos a arreglar los desaguisados de un Gobierno irresponsable".

Rajoy no entró en temas controvertidos como la legalización de Bildu, sobre la que sí que se pronunció críticamente Aguirre y sobre la que se ha comentado en los últimos días la falta de rotundidad del líder popular.

Pareció justificar su silencio cuando se propuso hacer "oídos sordos a sus insultos huecos" y anunció que no va a "entrar en lo que quieren" los socialistas, que a su juicio se proponen "enfangarlo todo".

Así, dijo que se concentrará en explicar las propuestas de su partido y, por lo que respecta a los socialistas, desdeñó: "Ellos que se peleen con quien quieran, que discutan entre ellos, que discuta Rubalcaba con Chacón y con Pepiño".

Por último, Rajoy protagonizó un gesto de patriotismo al reafirmar su amor a España, "una de las naciones más viejas de Europa", rechazó que sus ciudadanos tengan que mudarse a otros países por la "obligación" de buscar trabajo, y pronosticó: "Volveremos a estar donde estábamos, y en Europa se volverá a hablar del milagro español y no de un país al que se le imponen las obligaciones".