Según el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que ha sido el encargado de supervisar el simulacro desde su sala de emergencias así como desde la propia instalación, se ha desarrollado de acuerdo con los requisitos establecidos en el plan de emergencia interior del CIEMAT. Los objetivos son la recuperación de las condiciones de seguridad y la adopción de medidas de protección radiológica.

El ejercicio comenzó con la simulación de la explosión de un artefacto en el sótano del edificio 12 de las instalaciones del centro. En la simulación, el edificio afectado supuestamente albergaba instalaciones radiactivas de segunda categoría y un almacén de materiales radiactivos, por lo que se habría tenido que proceder a la evacuación de la instalación así como de los edificios colindantes. Ninguna instalación ni material radiactivo se habrían visto afectados por la explosión.

El titular del CIEMAT declararía la categoría II (que significa alerta de Emergencia en el emplazamiento) de su Plan de Emergencias Interior. Por su parte, el CSN activaría su Organización de Respuesta ante Emergencias llegando hasta el modo 2, lo que implicaría la activación de la Sala de Emergencias (SALEM).

Un suceso de esta naturaleza no sería clasificado en la escala INES por tratarse de un hecho de protección física sin consecuencias radiológicas.