Con este motivo, el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha desarrollado un proyecto educativo en el que participarán cerca de 1.500 alumnos de Enseñanza Secundaria Obligatoia (ESO) y Bachillerato de casi un centenar de centros de toda España.

David Martínez, uno de los responsables del proyecto, declaró hoy a Servimedia que el IAC persigue un doble objetivo: familiarizar a los estudiantes con el trabajo y la metodología científica y participar en el análisis de la tormenta de estrellas que se prevé este año.

Los 1.500 alumnos, distribuidos por distintos puntos de la geografía nacional, harán un conteo, cada cinco minutos, de las estrellas fugaces que observen.

Asimismo, Martínez explicó que "tendrán que hacer una valoración de la calidad del cielo, buscando una constelación y contando el número de estrellas que ven en ella".

Cada centro presentará una memoria de actividades con posterioridad a los estudios y análisis que realice. La mejor memoria será premiada con un telescopio.

Los expertos del IAC confían en que las condiciones meteorológicas no dificulten la observación de este fenómeno astronómico. Las previsiones auguran una actifidad de 500 estrelas fugaces por hora. El máximo se podrá observar alrededor de las tres de la madrugada del jueves 17, hora peninsular.

Esta actividad es mucho mayor que la de un año normal, en los que apenas se observan 4 o 5 estrellas a la hora. Sin embargo, en noviembre de 1966 se contabilizaron hasta 150.000 estrellas en una hora.

Las Leónidas se producen cuando la Tierra intercepta uno de los tubos de partículas que el cometa periódico Tempel-Tuttle genera al acercarse al sol. Las partículas cometarias se dsintegran en la alta atmósfera terrestre por el enorme rozamiento al que se ven sometidas y en ese momento emiten una gran cantidad de luz visible desde la superficie como estrellas fugaces.

Coincidiendo con el regreso del cometa a las cercanías del sol, como en esta ocasión, las Leónidas alcanzan su mayor actividad. Según David Martínez, su estudio permitirá conocer las caracteriísticas físicas de las partículas de polvo liberadas por el comete Tempel-Tuttle y su densidad.

Desde un punto de vist práctico, estos estudios permitirán calibrar el riesgo que este fenómeno supone para las plataformas espaciales en órbita.