15 PERSONAS SORDOCIEGAS PARTICIPARÁN EN EL ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS CON AYUDAS DE GUÍAS E INTÉRPRETES
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Quince personas que padecen de forma simultánea sordera y ceguera participarán en el V Encuentro Mundial de las Familias con el Papa (EMF) el próximo mes de julio en Valencia, con la ayuda de intérpretes y guías especializados que les traducirán los mensajes a "la lengua de los signos apoyados", que consiste en la realización de signos sobre sus manos para que los perciban al tacto.
Los fieles sordociegos son de Valencia, entre ellos dos matrimonios de Silla y de Beniparrell, así como de Huelva. Todos ellos formarán parte del grupo de cerca de 300 peregrinos sordos inscritos hasta el momento en el EMF, que serán atendidos también por el sacerdote Ángel Santamaría, único presbítero en la Diócesis de Valencia que oficia misas en lenguaje de signos.
Intérpretes profesionales de la Federación de Personas Sordas de la Comunidad Valenciana (Fesord) se han ofrecido como voluntarios para guiar a los sordociegos y traducirles los mensajes a la "lengua en signos apoyados", según señaló hoy al arzobispado de Valencia Amparo Miralles, una de las integrantes de Fesord que participarán en la iniciativa.
Igualmente, miembros del movimiento asociativo de personas sordas colaborarán como guías-intérpretes junto a "voluntarios también sordos", que traducirán los mensajes a los sordociegos "tras verlos de un intérprete oyente".
Los peregrinos sordos contarán, asimismo, con la ayuda de 25 feligreses de la Parroquia Santo Tomás y San Felipe Neri de Valencia para la traducción a la lengua de signos.
El sacerdote Santamaría señala que una de las actividades "más difíciles en principio" en la atención espiritual de los sordociegos se produce al confesarles, ya que en "ese momento no pueden estar delante los intérpretes para garantizar, así, la intimidad que requiere el sacramento de la Penitencia".
Como solución, Santamaría emplea la lengua de signos, ya que, según dijo, es "parecida" a la "lengua en signos apoyados" y "a través de conceptos muy básicos puedo trasmitirles las ideas".
Para ello, el sacerdote aprovecha igualmente "el pequeñísimo porcentaje de visión" que los fieles sordociegos mantienen y que, a pesar de "no ser panorámica, sino focal y turbia, les permite percibir una parte de la realidad".
El presbítero, que realiza los signos a la altura de los ojos de los fieles, ha comprobado que "entienden el sacramento y la predicación" por las contestaciones "lógicas que dan" mediante signos con sus manos o con su voz.
Los peregrinos padecían en un principio sordera y, "sólo después fueron perdiendo gradualmente la vista". Por ese motivo, en un primer momento muchos de ellos "pudieron aprender a hablar aunque fuera de una forma parcial".
(SERVIMEDIA)
02 Jun 2006
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