En declaraciones en Arévalo, donde recogió la Insignia de Oro que le ha concedido Asaja Ávila como reconocimiento a su gestión en favor de la agricultura española durante sus años de Gobierno, Aznar insistió en que “España está en una situación límite” que “costará esfuerzo y no pocos años reconstruir”, porque se unen la falta de perspectiva de crecimiento, la inflación, el paro y la deuda.

Por eso, pese a su reclamación de un relevo del Gobierno, advirtió que la situación no es "meramente coyuntural, en la que un mero cambio vaya a arreglar las cosas", y para salir de ella recetó "más unidad, y no más división", "más austeridad y terminar con el despilfarro"; "más responsabilidad y no decir que no pasa nada cuando se hacen las cosas mal". Esta mañana, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se exculpó de la crisis y el paro que le han tocado combatir.

Por el contrario, Aznar piensa que España “espera nuevos dirigentes y nuevas políticas", para "recuperar la confianza y contar millones de empleos, como los contábamos antes, y no contar millones de parados, algo a lo que algunos nos quieren condenar”.

Según el expresidente, “España no está atada a ninguna maldición histórica; a lo que no quiere seguir atada es a la condena de unos pésimos gobernantes y de unas políticas fracasadas”.

Sobre el tema agrario al que obedece la concesión del distintivo, Aznar presumió de las gestiones realizadas por su Gobierno durante la negociación de la PAC que le tocó afrontar. "Hicimos lo que teníamos que hacer y poníamos todo lo que había que poner para que los intereses de España tuvieran éxito”, aseguró. "España recibía entonces 6.000 millones de euros netos al año; hoy se ha perdido el 95 por ciento y, fundamentalmente, una capacidad negociadora determinante”.

Comparando sarcásticamente aquella negociación con la reciente visita de Zapatero a China para recabar inversiones con que sanear la deuda pública, Aznar contrapuso: "Una cosa es negociar duramente y presentar buenos resultados y otra ir a China, decir que vas a recibir 9.000 millones de dólares y que, a la hora, los chinos te digan que eso no es más que un cuento. España necesita buenos políticos, buenas decisiones y buenos resultados y no cuentos chinos”.