Los detenidos (de nacionalidad china y de entre 27 y 37 años), que ya están en prisión, amedrentaban a los moradores de las casas a las que accedían, y no dudaban en secuestrar a los hijos de los propietarios del domicilio para conseguir dinero o joyas a cambio. En todos los casos, las víctimas son empresarios chinos de hostelería o de tiendas de bajo coste, que eran vigilados y seguidos por la banda para asegurar así el éxito del delito.

Las investigaciones comenzaron el pasado mes de julio, tras tener noticia la Guardia Civil de Arganda de que se había producido un robo de extrañas características en su demarcación. Los indicios de que el delito había sido cometido por una organización criminal dieron lugar a la apertura de la operación "Bambú", que permitió averiguar la técnica usada por los criminales.

Tras localizar a una potencial víctima, la banda utilizaba la habitación de un hotel o hostal como piso de seguridad para planear todos los detalles del asalto y refugiarse tras su comisión. Mientras, seguían a su víctima durante varios días, vigilando también su casa desde una furgoneta estacionada en las cercanías hasta tres días antes del robo.

Una vez decidido el momento óptimo para el asalto, se repartían las armas que iban a portar y las tareas a realizar; y, para conseguir un efecto aún más disuasorio, en el momento del delito vestían de negro y se encapuchaban.

Los agentes tuvieron conocimiento de que la banda había planificado un nuevo asalto en una casa de Arganda con tres únicas pistas: tenía un patio, colindaba con un jardín o un parque, e iba a cometerse en un plazo máximo de dos días. Por ello, cribaron todas las casas de la localidad para determinar las que coincidían con la descripción y que estaban habitadas por ciudadanos chinos.

Debido al gran volumen de posibles objetivos, se inició un amplio dispositivo de vigilancia que dio sus frutos la noche del viernes 8 de abril, al sorprenderse a tres encapuchados, vestidos de negro, que intentaban acceder al patio de una vivienda con la ayuda de una escalera plegable. Tras detener a los tres ladrones, armados con una pistola y cuchillos de grandes dimensiones, fueron arrestados sus compañeros, que vigilaban desde una furgoneta estacionada a 200 metros.

SE IBAN A MÁLAGA

La fase final de la operación "Bambú" permitió descubrir que el grupo desarticulado tenía previsto iniciar una campaña de robos en la provincia de Málaga, a la que se iban a desplazar al día siguiente de la comisión de su robo frustrado, con el fin de seguir desvalijando a empresarios chinos, teniendo ya información sobre varios posibles objetivos.

A los cinco detenidos se les imputan individualmente la comisión de los delitos de secuestro; detención ilegal; lesiones; integración en organización criminal, y once delitos de robo con violencia o intimidación, concretamente tres en Arganda del Rey, uno en Arroyomolinos, uno en Griñón, uno en Madrid, uno en Pinto, uno en Pozuelo y tres en Valdemoro. Además, se investiga su posible participación en otros hechos similares acaecidos en la región.