Así lo anuncia en el blog de la organización Maite Mompó, marinera de Greenpeace, que embarcó en Corea del Sur hace un mes y medio.

Casi de inmediato, Greenpeace puso rumbo al sur, hacia Singapur, "poniendo millas" entre la tripulación y la radiación "que uno tras otro iban vomitando los reactores nucleares".

Navegando entre Taiwan y China, la organización cambió sus planes y de rumbo. "Literalmente, dimos media vuelta para acabar en un puerto al nordeste de Taiwan. Se estaba empezando a barajar que el buque insignia de Greenpeace se dirigiera a Japón. Nos llevó un mes de espera el poder tomar una decisión tan difícil", añade esta marinera.

En Greenpeace querían estar seguros de que la situación era "lo suficientemente estable" como para acercarse y trabajar allí.

Según indica Mompó, la misión de la tripulación del "Rainbow Warrior" será comprobar los niveles de radiactividad y su impacto en el medio marino.

Tras hacerse con el equipo material y humano necesario para la campaña, la organización zarpó de Taiwan el pasado jueves.

La tripulación de Greenpeace se está formando para "ampliar conocimientos" sobre radiactividad y "para poder responder ante cualquier eventualidad".