Así lo anunció en la rueda de prensa posterior a la reunión del Ejecutivo el ministro de Sanidad, Salvador Illa, quien indicó que dicha medida persigue evitar la expansión de la cepa británica de la Covid-19 en España.

A este respecto, explicó que aunque de momento su presencia está por debajo del 5% de los casos en España, la experiencia de otros países muestra que en unas seis u ocho semanas puede acabar siendo dominante.

Según recordó, a fecha de ayer, en España se habían detectado 195 casos de personas infectadas por la cepa británica, mientras que otros 161 casos son sospechosos de tenerla.

En un primer momento, esta limitación, coordinada con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, iba a ser aplicada solo hasta el 5 de enero, pero ya fue prorrogada en dos ocasiones.

En concreto, está limitada la entrada de pasajeros aéreos y marítimos procedentes de Reino Unido solo a los residentes en España y en Andorra.

Esto supone que los aviones y barcos que llegan a España desde Reino Unido tienen que ser ocupados exclusivamente por españoles, andorranos o residentes en ambos países.

En función de la evolución de la situación y de la pandemia y especialmente de las decisiones que puedan adoptarse de forma coordinada en la Unión Europea, el Ministerio de Sanidad podrá levantar, con carácter general, estas limitaciones antes de la finalización del plazo establecido.