Según informó el Instituto Armado, esta intervención se ha desarrollado durante más de cinco meses en el marco del plan de respuesta policial al robo de cableado de cobre, en los que se han inspeccionado varias decenas de chatarrerías y empresas de reciclaje de metales.

Los agentes del Seprona se valieron de las pistas obtenidas tras el análisis de los robos de cable sufridos en la Comunidad de Madrid hasta llegar a los lugares en los que el metal era vendido. En algunas de las empresas inspeccionadas el metal se incorporaba ilegalmente al circuito de reciclado para su posterior fundido.

Las pesquisas llevaron a la Guardia Civil por toda la geografía nacional en busca de la documentación requerida y sólo presente en las empresas matrices de las que estaban siendo investigadas.

Los agentes contaron en todo momento con la colaboración de las principales empresas públicas y privadas víctimas de los robos, cuyos peritos han comprobado in situ la procedencia del material inspeccionado.

Las 80 toneladas de cobre y otros metales ahora recuperados habían sido robados en instalaciones u obras, con el consiguiente perjuicio para los usuarios de los servicios, además de las importantes pérdidas económicas para las empresas afectadas.