El director general de Instituciones Penitenciarias, Angel Yuste, compareció hoy en la Comisión Mixta del Congreso y el Senado par los Derechos de la Mujer, a fin de explicar la situación e las presas en las cárceles españolas.

Yuste señaló que uno de los objetivos principales del departamento que dirige es "garantizar" la plena y normal integración de estos menores, para lo cual hay personal especializado y escuelas infantiles dentro de los recintos penitenciarios.

Asimismo, señaló que, a partir de los dos años de edad de los hijos/as de reclusas, se procura que asistan a escuelas infantiles de la red pública para favorecer su integración.

En la actualidad, la legislación pemite a las mujeres presas tener con ellas a sus hijos menores de tres años. Actualmente 146 niñosson atendidos en centros penitenciarios, de los cuales 121 en Unidades de Madres (módulos específicos para mujeres con hijos), 19 en Unidades Dependientes (pisos) y seis, con carácter excepcional, en cárceles propiamente dichas.

El responsable de prisiones afirmó que uno de los objetivos prioritarios de la Administración Penitenciaria es incentivar fórmulas de cumplimiento de la pena en régimen abierto y e pisos gestionados por ONG,s de mujeres con cargas familiares o con hijos a su cargo, para evitar la ruptura familiar.

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De acuerdo con datos ofrecidos por Yuste en el Congreso, el perfil de la mujer reclusa española es similar al de los países de nuestro entorno: mujeres jóvenes, sin sofisticación criminal (pequeños delitos), económicamente marginadas, de minorías étnicas, con poca formación laboral y un bajo nivel de estudios, madres solteras con varios hijos y mujeres con problemas de dogodependencia.

En los centros penitenciarios dependientes de la Administración General del Estado (todos, excepto los de Cataluña, que tiene competencias propias en la materia) hay 3.562 mujeres frente a los 35.177 hombres reclusos censados.

La mayoría de las reclusas (31,7%) tiene entre 26 y 30 años; son penadas el 74,5% y cumplen condena por delitos contra la salud pública (drogas) el 60%. Asimismo, casi el 16 por ciento están clasificadas en régimen de tercer grado, lo que supone un 4,5% más ue los hombres.

La proporción de mujeres presas respecto a la población reclusa total se ha incrementado notablemente en los últimos diez años. Así, mientras que en 1987, la mujeres representaban el 5,37% del total de reclusos, en 1998 eran el 9,41%. Otro dato es que la población media ha pasado de 1.233 a 3.633 internas.

Para hacer frente a este incremento, entre los años 96 y 98, las plazas penitenciarias para mujeres aumentaron un 31,52%, según informó Yuste en la comisión parlamentaria.

or otra parte, un 60,75% de las mujeres presas intervienen en programas educativos, porcentaje que alcanza el 68% en los cursos de Formación Profesional Ocupacional, en los que durante 1999 participarán 1.867 mujeres, mientras que otras 526 lo harán en cursos de orientación socio-laboral.

Los cursos son fundamentalmente de monitor deportivo, grabador, horticultor, maquinista de confección industrial, auxiliar de educación infantil y operador de ordenadores, entre otros. De esta forma, se busca lograr na mejor inserción en el mercado laboral de las mujeres a su salida de prisión, dijo Yuste.

Por otra parte, la participación de las mujeres en el trabajo productivo (remunerado de acuerdo al salario mínimo interprofesional) que se desarrolla en los talleres de los centros penitenciarios se ha incrementado en un 8 por ciento en los últimos dos años hasta alcanzar el 19 por ciento de la población reclusa femenina.