Para Lissavetzky “es intolerable que con absoluto desprecio a la dignidad” de las personas, Gallardón asegure que muchas de estas personas lo son por voluntad y no por necesidad y quiera excluirlos “más de lo que ya lo están por la escasez de políticas sociales y la reducción en el gasto de prestaciones y servicios sociales del Ayuntamiento a la ciudadanía más desfavorecida”.

Denunció la “débil” inversión y apuesta por las políticas sociales desde el ayuntamiento derive ahora en desviar la responsabilidad hacia el Gobierno de la nación. “Es inaceptable que ahora, porque le molesta ver gente necesitada por la calle pida que se elabore una ley estatal que le permita ‘limpiar Madrid’”.