En una entrevista en laSexta recogida por Servimedia, la ministra explicó que enero “es el peor mes en todas las series históricas” en cuando al empleo, con subida del paro respecto al mes anterior, y pronosticó que “vamos a tener un mes que no va a ser el mejor, pero vamos a ir poco a poco”. Indicó que la tasa de paro se sitúa en una media del 15,6% en términos de la Encuesta de Población Activa (EPA).

En cuanto a las 17 reformas del mercado laboral remitidas a Bruselas para recibir los fondos europeos, Díaz señaló que se va a “modernizar” el mercado de trabajo y la negociación colectiva y aseguró que “todo el Gobierno avala” el documento enviado a la Comisión Europea.

“Vamos a cumplir el acuerdo de Gobierno”, respondió en referencia a si habrá reforma laboral, para acto seguido pedir que “no nos detengamos en eso”, sino en atajar el paro estructural o el paro juvenil.

Explicó que las exigencias de Bruselas para recibir los fondos se refieren a la digitalización, la sostenibilidad, la cohesión social y la igualdad de género y, en el caso de su departamento, “la ficha que enviemos es lo que nos obliga”.

En los trabajos de su departamento señaló que la Estrategia sobre el empleo juvenil se aprobará “en unas semanas” y que ya se están diseñando “los primeros trabajos en sectores digitalizados” que se van a sufragar con fondos públicos.

En cuanto a la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), la ministra incidió en que el debate “está abierto” en el diálogo social y ahí se trabajará. Aseguró que en este caso también se cumplirá el acuerdo de gobierno en cuanto a que el SMI alcance el 60% del salario medio al final de la legislatura.

Sobre la reforma de pensiones, la ministra no desveló si recibió algún borrador en el que se planteaba incrementar de 25 a 35 años el periodo de cómputo para calcular la pensión de jubilación porque “me debo a los silencios obligados” y dijo que “no es real” que tenga mala relación con el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.

Por último, manifestó respeto a las movilizaciones convocadas por CCOO y UGT, la primera el día 11 de febrero, para exigir la derogación de las reformas laborales o la subida del SMI.