El plan contra la economía sumergida no incluirá un mecanismo para legalizar la inmigración irregular

MADRID
SERVIMEDIA

El ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, explicó este martes que el plan del Gobierno contra la economía sumergida “no incluirá un mecanismo para legalizar la inmigración irregular”.

Durante un encuentro informativo organizado por la consultora KPMG y Europa Press, Gómez indicó que, en primer lugar se abordará la negociación colectiva y posteriormente, “en algún momento del mes de abril, empezaríamos con el plan para el empleo sumergido”.

Se trataría de un plan que no contemplaría “amnistías”, pero sí “facilidades para devolver las cotizaciones sociales”, explicó.

Después de dos o tres meses tras su puesta en marcha, “habrá un endurecimiento de las sanciones” tanto para las empresas como para los trabajadores que, además de trabajar de modo irregular, perciban una prestación por desempleo.

El objetivo es que esta actividad irregular “pueda emerger”. Una economía sumergida que en España, como en los demás países meridionales de Europa, es superior a la de los países del norte y centro del continente.

En otro orden de cosas, el titular de Trabajo incidió en la necesidad de acabar con la brecha que existe entre el empleo temporal y el indefinido.

Defendió, además, la reforma laboral aprobada por el Gobierno, que no puede, a su juicio, ser todavía evaluada, ya que no se está desarrollando en un contexto económico normal.

“Es una reforma pensada desde la posibilidad de la flexibilidad interna de la empresa, y debe ser complementada por la reforma de la negociación colectiva”, sostuvo.

Para Gómez, “si queremos un país donde se utilice menos el despido, tendrá que ser más fácil adaptarse a las condiciones y al ciclo económico”.

Por ello, las reformas en el ámbito laboral y social “son ineludibles: no porque no haya más remedio que hacerlas, sino por determinación y por convicción. No hemos hecho una reforma de las pensiones porque no haya más remedio, sino porque pensamos que no era sostenible el sistema que había. Y lo hemos hecho en un momento difícil”. Las reformas emprendidas, añadió, “no tienen otra lógica que no sea la ética de la convicción”, aseveró.

Asimismo, el ministro consideró que, antes de la reforma laboral, el despido era más caro “pero muy sencillo. Podíamos aspirar a despido algo más barato pero con más causa”, dijo.

(SERVIMEDIA)
05 Abr 2011
CCB/GFM