14-M. ZAPATERO QUIERE CONCIENCIAR A LOS ELECTORES DE QUE EL PSOE SALDO SUS CUENTAS EN 1996 Y AHORA LE TOCA AL PP
-Cree que los ataques frontales del PP pueden ser un bumerán en contra de Rajoy
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El secretario general del PSOE y candidato a la Presidencia del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quiere centrar su mensaje de lo que resta de campaña en la idea de que los socialistas ya saldaron sus cuentas y pagaron por todos su errores en las elecciones de 1996, y ahora le toca hacerlo al PP para dar paso a un proyecto de futuro.
El líder socialista viajó esta tarde desde Madrid hasta Valladolid en autobús junto a los periodistas que siguen su caravana electoral y compartió con ellos un análisis de la marcha de la campaña justo cuando se llega a su ecuador.
De la primera semana de campaña Rodríguez Zapatero concluye que la mayoría deseosa de cambio está creciendo al mismo ritmo que el candidato del PP, Mariano Rajoy, perde fuelle, por lo que se muestra convencido de que el PSOE obtendrá un respaldo no sólo de todo su electorado fiel, sino también de algunos que en 2000 optaron por el PP, por algún partido nacionalista o por Izquierda Unida, o que se abstuvieron.
Los socialistas preven, en todo caso, una alta participación en los comicios del 14 de marzo y una mayor movilización de los jóvenes que en los municipales y autonómicos del pasado mes de mayo. Precisamente, los dos millones de nuevos votantes, 400.000 de elos en Andalucía, son la gran esperanza del PSOE, sobre la premisa de que casi un setenta por ciento de ellos es partidario de un cambio del partido del gobierno.
Rodríguez Zapatero recuerda, en este sentido, que las victorias electorales del PSOE en 1982 y del PP en 1996 fueron posibles gracias al respaldo mayoritario de los jóvenes. Si en esta ocasión la nueva generación de votantes se moviliza por el cambio, aseguran, desde la dirección socialista, una gran victoria no es descartable.
ESTRATEGIA INUTIL"
También creen en el PSOE que la estrategia de radicalidad del PP, atacando frontalmente al candidato socialista con asuntos tan delicados como la lucha contra el terrorismo o que consideran del pasado, como los casos de corrupción durante la etapa de gobierno de Felipe González es inútil e, incluso, puede volverse en contra de los populares.
En opinión del líder socialista, los ciudadanos saben que las cuentas del PSOE están saldadas desde que perdió las elecciones, en 1996, que el proyeco que él encarna mira sólo hacia el futuro, y que en los comicios del 14 de marzo es al PP a quien le toca poner esas cuentas encima de la mesa para que sean evaluadas en las urnas.
De la misma forma, Rodríguez Zapatero insiste en su convicción de que los mensajes del PP alertando a los ciudadanos de los riesgos que supondría una victoria socialista demuestran que carece de proyecto de futuro y que ésa es su única arma, pero las malas artes a una semana de las elecciones, alerta, pueden ser un bumeránpara quien las despliega porque los ciudadanos están muy concienciados de la importancia del llamamiento a las urnas.
Como ejemplo, recuerda que el ahora presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, comparó en 1982 una posible victoria socialista con una invasión de musulmanes, y poco después el PSOE ganó las elecciones con una amplia mayoría absoluta.
Los socialistas creen también que el electorado percibe evidentes contradicciones en el discurso de Rajoy, por ejemplo, cuando amenazó con romer el acuerdo contra ETA y después apostó por ampliarlo a otras fuerzas políticas, o cuando garantizó un gobierno monocolor después de haber sugerido que propondría a CiU la entrada en el Gabinete.
Rajoy demuestra con ello, asegura el líder socialista, que en asuntos muy serios carece de criterio propio, y que su discurso se ha quedado en una especie de terreno de nadie, ni poniendo en valor los logros del gobierno del PP ni tampoco explotando al máximo la vertiente renovadora del nuevo candidato.
En todo caso, el líder socialista asegura que mantendrá su talante en campaña, coherente con su comportamiento en los últimos años. Su oposición ha sido tranquila, recordó, y ahora ofrece a los ciudadanos un cambio igualmente tranquilo, sin brusquedades y sin pretender una especie de enmienda a la totalidad a la gestión del PP. Lo que esté bien, dice, así se quedará.
Rodríguez Zapatero reitera su respeto por las demás opciones políticas, también por Izquierda Unida, a quien recuerda que no ha lanzadoninguna crítica en esta campaña, pero asegura que su gobierno será monocolor y sólo se sustentaría, en caso de ser necesario, en acuerdos parlamentarios.
No obstante, asegura que sabrá administrar adecuadamente una mayoría de votos procedente de diversas sensibilidades, y será consciente del origen de ese respaldo tanto al aplicar su programa como en su acción diaria de su gobierno y también en su gobierno, en el que podría haber, apuntó, personas independientes.
La estructura y el organigrama deun hipotético gobierno socialista presidido por José Luis Rodríguez Zapatero será uno de los asuntos que se abordará la próxima semana en la reunión de la comisión de notables que asesora al candidato, la última antes de las elecciones.
EL PRESIDENTE EN LAS REUNIONES CONTRA ETA
Una vez pasadas las elecciones, el líder socialista confía en que se pueda corregir al actual clima entre socialistas y populares surgido de las acusaciones y de lo que el PSOE considera una utilización de la lucha antiterrorsta. Pero matiza que el resultado electoral puede marcar diferencias en este sentido, porque, si él es presidente, convocará personalmente las reuniones de la comisión de seguimiento del acuerdo contra ETA y asistirá a las reuniones, algo que, recuerda, José María Aznar no ha hecho desde que rubricó el texto.
Avanza también que el rey tendría un importante papel en la proyección exterior de España, en concordancia con el aprecio que los ciudadanos tienen por el monarca y buscando los intereses generals del país.
La política exterior es una de las materias en las que el PSOE quiere imprimir un giro si gana las elecciones. Rodríguez Zapatero está convencido de que la guerra en Iraq pasará ahora más factura que en las autonómicas, entre otras cosas porque los ciudadanos saben ahora que se esgrimieron argumentos falsos para defenderla, y el tiempo transcurrido permite ya afirmar que la ocupación ha tenido consecuencias más negativas que positivas, la inseguridad no ha disminuido y las relaciones entreisraelíes y palestinos, el gran argumento, están peor que nunca.
Con estos argumentos, el líder socialista seguirá pidiendo la próxima semana el voto de todos los ciudadanos que, más o menos próximos al PSOE, consideran necesario un cambio en el partido del Gobierno para imprimir a la política española un nuevo talante y otros objetivos.
(SERVIMEDIA)
05 Mar 2004
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