Emilio Marín, cardiólogo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Cardiología, explicó a Servimedia que los desfibriladores, instrumentos que monitorizan y analizan el ritmo cardiaco, deberían instalarse en aeropuertos, estaiones, campos de fútbol, grandes almacenes y centros de gran aglomeración de público.

En su opinión, la instalación de estos aparatos ayudaría a reducir el porcentaje de muerte súbita en España. Cada año pierden la vida por esta causa unas 30.000 personas. Sin embargo, subrayó el doctor Marín, el índice de mortalidad podría reducirse entre un 20 y un 25 por ciento si se aplica la medida anunciada por el secretario general del PP.

"Medidas como ésta modernizan un país. El gasto en sanidad es limitdo, pero estos aparatos son económicos, de fácil manejo y muy útiles para salvar vidas", añadió.