Durante la clausura de la segunda Convención Nacional del Partido Popular, Aznar fue largamente ovacionado por los más de dosmil dirigentes y cargos públicos populares que han asistido a la presentación del programa electoral de Mariano Rajoy.

Aznar aseguró que el PP puede y debe mejorar la mayoría que obtuvo en las elecciones de 2000 (183 diputados) y señaló que no se conforma con un "resultado aceptable", sino que ansía "los mejores resultados de la historia del Partido Popular".

Después de que su jefe de gabinete, Carlos Aragonés, recomendase a Rajoy que responda a las críticas del Partido Socialista, Aznar lanzó oto consejo al candidato a la Presidencia del Gobierno, cuando falta un mes para las elecciones generales del 14 de marzo, con un ejemplo deportivo.

"Los partidos en los cuales los equipos que llevan ventaja salen a conservar la ventaja, se acaban empatando; y los partidos en los cuales los equipos salen a empatar, se acaban perdiendo. Yo quiero deciros lo que yo quiero para el 14 de marzo: yo no me conformo con cualquier resultado, con un buen resultado o con un resultado aceptable, quiero que tengamoslos mejores resultados de la historia del Partido Popular", dijo entre los aplausos de los más de dos mil asistentes.

Aznar también tuvo palabras de elogio para Rajoy, al que definió como un dirigente "capaz, responsable, competente y que sabe lo que tiene que hacer" si los españoles le dan su confianza y le eligen presidente del Gobierno el 14-M.

ESTABILIDAD Y PROGRESO

El jefe del Ejecutivo realizó un discurso en clave interna para motivar a los dirigentes del Partido Popular y marcar las que,a su juicio, van a ser las claves de la campaña electoral: estabilidad institucional y progreso económico.

Aznar pidió "humildad" para reconocer los errores cometidos, pero también para destacar los "aciertos colectivos", y exigió "mucha ambición". "Este partido ha tenido sus grandes éxitos cuando ha tenido ambición, cuando ha hablado con claridad y ha explicado sus propuestas", dijo.

Afirmó que quiere "más mayoría" que hace cuatro años, para lo que recomendó que el Partido Popular se muestre com una formación política "seria", y calificó de "ridículas" las ofertas que está haciendo el Partido Socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.

El presidente dijo no conocer "alternativa viable" ni "programa serio" en la oposición y arremetió contra el uso de la guerra de Iraq como arma electoral contra el PP. "Si ese gran demócrata dechado de todas las virtudes que es Sadam Husein siguiese en el poder, como quieren algunos progres de pacotilla, no tendría nada que ofrecer a los españoles el señor Zaptero", sentenció.

Aznar recalcó que la única posibilidad que tiene el PSOE de llegar al poder es mediante un pacto con los "comunistas" y con "aquellos que quieren liquidar España", en alusión a Esquerra Republicana de Catalunya. "Esos partidos no son fiables para gobernar España y eso hay que decirlo con claridad", aconsejó.

NO A LOS EXPERIMENTOS

Para el también presidente del PP, el debate esencial en esta campaña electoral es la estabilidad y la prosperidad de España y alertó de que "si poneos en riesgo la estabilidad institucional, que nadie piense que va a continuar el progreso económico".

"Si entregamos o se entrega el Gobierno de España a una coalición radical de gente que sabemos que es incompetente para gobernar y que, además de eso, pone en duda la estabilidad de los elementos democráticos, en ese caso tendremos problemas, y yo no deseo que esos problemas surjan", agregó.

Aznar apuntó que una cosa es hacer "experimentos" en una comunidad como Cataluña y otra bien distinta es exportar" la coalición con los socios de Izquierda Unida y con Esquerra Republicana de Catalunya al resto del Estado.

Afirmó que lo de Cataluña le preocupa "mucho", pero rechazó por completo hacer lo mismo en el gobierno de la nación, porque "España, sin duda, no se merece que los 25 mejores años de nuestra democracia vengan unos frívolos o unos irresponsables a ponerlos patas arriba".

Junto al presidente del Gobierno, intervinieron en la clausura de la Convención Nacional los primeros ministros e Portugal, José Manuel Durao Barroso, y de Francia, Jean Pierre Raffarin. Aznar agradeció a ambos su presencia y elogió su colaboración con España, especialmente en la lucha antiterrorista.