Según informó la Policía, esta cantidad de cobre proviene de robos en la provincia de Sevilla a compañías encargadas del suministro de energía eléctrica y de sistemas de telefonía.

Las investigaciones llevadas a cabo por los agentes especializados lograron identificar y localizar once empresas situadas en Sevilla, Cádiz, Murcia, Granada, Badajoz y Huelva que compraban cobre sustraído para, posteriormente, venderlo a otras empresas.

Precisamente, en una de estas empresas, situada en Aznalcóllar, es donde la semana pasada se procedió a la incautación de más de ciento treinta toneladas de cobre. Este material recuperado procede de robos cometidos en diferentes puntos de Sevilla y su provincia. La mayor parte del material sustraído ha sido ya reconocida por las empresas propietarias encargadas del suministro de energía eléctrica y sistemas de telefonía a nivel nacional.

Además del coste económico que supone este delito, la Policía destacó el perjuicio causado a los ciudadanos, debido a que el robo del cobre produce la interrupción de servicios elementales tales como el suministro de luz, telefonía, señales de tráfico en autopistas y autovías, señales de emergencia en vías férreas, etc.