Sector financiero
El parque de tarjetas bancarias mengua en su modalidad de crédito coincidiendo con el Covid y suben los ‘plásticos’ a débito
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El parque de tarjetas bancarias ha vuelto a menguar en su modalidad de crédito como ocurrió con la crisis del 2008 y coincidiendo con la pandemia del Covid-19, aunque el censo total crece porque aumentan las unidades emitidas por la banca a débito o con cargo directo a cuenta y sin línea de financiación.
Según las estadísticas del Banco de España, los ciudadanos acabaron el año 2019 con 37,25 millones de tarjetas en sus bolsillos con posibilidad de pagar a plazo o a crédito. La cifra subía, incluso, a 38,05 millones durante el primer trimestre del año, para caer después, coincidiendo con la declaración de la pandemia, hasta los 37,19 millones en septiembre.
En la modalidad de débito, por el contrario, su censo no ha dejado de aumentar y pasa de los 48,35 millones de cierre del año 2019 a 50,35 millones, lo que supone un incremento del 4,14% o en 2 millones de nuevos ‘plásticos’ en apenas nueve meses.
El resultado final es que el parque global engordó en 1,95 millones y alcanzó un récord de 87,55 ‘plásticos’, a pesar de la contracción en el consumo por culpa del confinamiento. Su avance no se ha detenido, aunque sí pierde tracción: la banca metió 1,24 millones de nuevos ‘plásticos’ en los bolsillos del ciudadano en el primer trimestre y apenas sumó otros 710.000 en los siguientes dos trimestres.
CRÉDITOS AL CONSUMO
La declaración de la pandemia no solo ha obligado a alterar las relaciones de la banca con clientes, acelerando su operativa digital por las restricciones para evitar contagios, sino que irrumpe, además, cuando precisamente el sector había vuelto a apostar durante el 2019 por las tarjetas de crédito de la mano de su interés estratégico por promover el crédito al consumo.
También ocurrió con la crisis del 2008, cuando, tras tocar un censo máximo en 44,82 unidades, se inclinó la balanza hacia los dispositivos a débito y posteriormente sucederían años de ‘trasvase’ de una tipologías de tarjetas con línea de financiación a otras de cargo directo en cuenta y sin opción a pagar a crédito. Justo ahora, las tarjetas a débito marcan cifras históricas, por encima de los 50 millones de unidades.
La nueva inflexión tiene lugar en un momento muy volátil para en todos los pagos, a través de tarjetas y sin ellas, ya que el consumo se ha visto directamente afectado por el cambio de hábitos impuesto con las restricciones y la propensión al ahorro que alienta la crisis.
Coincidiendo con las restricciones más duras por el estado de alarma la visita a los cajeros automáticos colapsó, de hecho, un 51,79% en el segundo trimestre y las compras abonadas con tarjetas se redujeron un 17,13%.
CAMBIO EN ELTERCER TRIMESTRE
La situación viró en el tercer trimestre, al menos, en los pagos directos: los dueños de tarjetas aumentaron un 15,99% sus compras directas, alcanzando un importe total con ellas de 46.210,61 millones de euros, cuya cifra supone en sí un aumento interanual del 8,66%.
El paseo al cajero subió frente al segundo trimestre, pero las operaciones para retirada de efectivo aún sufrieron descensos interanuales del 26,44%. Eso sí, cada vez que se acudió al terminal se aprovechó para extraer más dinero, ya que se retiraron 27.626,08 millones de euros, cifra que cae un 14,48%, algo menos de la propia operativa.
Esta evolución tiene además un reflejo directo sobre la infraestructura y al cierre de septiembre había 49.764 cajeros, por debajo de los 50.501 censados al cierre del pasado año; mientras que el número de terminales de venta o TPV instalado en comercios subió de 1,94 millones a casi 2,06 millones -incluye terminales físicos y en comercios ‘online’-.
(SERVIMEDIA)
10 Ene 2021
ECR/nbc