Deuda pública
El Tesoro reducirá en 10.000 millones las emisiones netas este año
-Prevé lanzar el bono verde en el tercer trimestre con una sindicación de hasta 10.000 millones a la que seguirían subastas tradicionales
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El Tesoro emitirá este año 10.000 millones de euros netos menos de los previstos, dejando su emisión neta final en 100.000 millones frente a los 110.000 millones estimados en un inicio, al haberse reducido las necesidades gracias a una “evolución de los ingresos mejor de lo estimado” cuando se realizaron las proyecciones para los Presupuestos Generales del Estado para 2021.
Así lo anunció este viernes el secretario general del Tesoro y Financiación Internacional, Carlos San Basilio, durante la presentación de estrategia del organismo, donde explicó que las proyecciones “cumplen con nuestro principio de prudencia” y podrían sufrir nuevos ajustes a lo largo del ejercicio, pero siempre a la baja.
La previsión incluida por el Gobierno en los Presupuestos fue que el organismo colocaría deuda por un valor bruto de 299.138 millones de euros a lo largo de este año, un 6% más que en 2020. En términos netos y una vez deducidas amortizaciones, implicaba elevar el endeudamiento neto en 110.000 millones, en línea con los 109.922 millones realizada el pasado ejercicio. Con los 100.000 millones finales ahora previstos, la emisión neta se reducirá, en lugar de aumentar, en un 9% frente a la efectuada el pasado año.
Ahora estima, en concreto, que realizará una emisión bruta de 289.138 millones de euros, lo que San Basilio explicó que responde a dicha “evolución de caja algo mejor de lo previsto en los últimos meses del año pasado”. Al respecto explicó que el Tesoro trabaja desde octubre con el Ministerio de Hacienda para la elaboración de los Presupuestos, pero los datos reales de recaudación en octubre, noviembre y diciembre han provocado “una generación de tesorería suficiente para que sean algo inferiores”.
La estrategia tendrá que ser flexible este año dadas las distintas fuentes de financiación con que contará. En las cifras de emisiones incluye los 11.325 millones que aportará el fondo SURE de la Unión Europea, y cuenta además con los 7.000 millones de anticipo de otros fondos de la UE y potencialmente los hasta 27.000 millones previstos del megafondo ‘NextGeneration UE’.
FLEXIBLE POR LOS FONDOS EUROPEOS
“Ni las inversiones -previstas en Presupuestos y en el Plan de Recuperación, Transformación y Resilencia- van a depender de los ingresos que se reciban de la Comisión Europea ni la estrategia del Tesoro tampoco”, explicó el responsable del organismo, de forma que el Tesoro prevé “seguir con su estructura habitual, con subasta habituales”, pudiendo financiar los hasta 27.000 millones si se retrasa la llegada.
San Basilio explicó que sí se prevé alguna sindicación adicional “reforzando” la actividad ya realizada con ellas el pasado año porque se necesita ser más flexible, precisamente, por dichos fondos.
El Gobierno está a la espera de que los reglamentos de constitución del macrofondo europeo entren en vigor para presentar los planes que se financiarán con el ‘NextGeneration UE’, luego entrarán en juego los plazos para su visado por parte de la Comisión Europea y el Consejo. Según estimó, “nos iremos probablemente a mayo y junio para la fecha de aprobación” y, “a partir de ahí, tendremos que fijar el momento de entrada” de los recursos como se ha hecho con el fondo SURE para buscar el traspaso teniendo en cuenta la política de emisiones española y de Bruselas.
Al margen de la llegada de esos recursos, el Tesoro prevé desglosar la emisión bruta prevista de 289.138 millones en 184.380 millones en títulos a largo plazo (bonos, obligaciones y el fondo SURE) y 104.758 millones a corto plazo o en letras, lo que supone un aumento interanual del 0,5 y 11,9%, respectivamente. Sin embargo, su emisión neta caerá frente al 2020 en un 4,4% en la cifra global, un 8,6% en los títulos a largo y medio plazo, y un 12,5% en letras.
LA MAYOR EMISIÓN DESDE EL 2009
Los 109.000 millones netos en los que creció la cartera el pasado año fue su mayor avance desde el 2009, cuando aumentó en 116.700 millones, por los gastos extraordinarios asociados a las medidas de ayuda para encarar la crisis de la Covid-19 y por el descenso de los ingresos con la parálisis de la actividad y negocios. Su previsión, conforme al presupuestario del Ejecutivo, es que el valor de la deuda en porcentaje de PIB se reduzca este año al 117,4% frente al 118,8% estimado para cierre del 2020 y tras subir desde el 95,5% en el que finalizó 2019 por los gastos extraordinarios acometidos por la crisis del coronavirus.
Sin embargo, San Basilio subrayó que logró reducir el coste medio de la deuda en cartera desde el 2,19 al 1,86% y del 0,23 al 0,18% en las nuevas emisiones, además de continuar elevando la vida media a los 7,75 años, una cota también máxima. Ambos indicadores contrastan con el 4,07% de coste en el que se situaba la cartera en el año 2011 y los 6,2 años de media del ejercicio 2013.
A futuro auguró que la vida media quizá pueda acercarse este año a los 7,8 años. “No va a ser un cambio radical, pero la propia estructura de emisiones del Tesoro y su estructura de vencimiento nos llevará probablemente a que suba todavía marginalmente la vida media”, indicó, dado que estamos ya en unos niveles donde no “tenemos un objetivo explícito de aumentar la vida media porque realmente los emisores soberanos con vida media más larga estamos en ese entorno de los 8 años”. “Ahí es más o menos donde pensamos que quedaremos”, indicó.
BONOS VERDES TRAS EL VERANO
La estrategia del Tesoro para este año incluye lanzar su primera emisión de bonos verdes hacia el tercer trimestre del año, aunque podría adelantarse a junio si están culminados los trabajos. La intención es salir con un bono a 20 años de plazo y en una sindicación de 5.000 a 10.000 millones de euros y complementarlo después con subastas ordinarias y alguna otra sindicación para darle la liquidez que requieren los bonos soberanos.
San Basilio explicó que la emisión se ha retrasado porque se necesitaban unos Presupuestos para costear ciertas partidas de la operación y llevará aún algún tiempo ya que no es una colocación tradicional, sino que exige que los programas que vayan a financiarse a su cargo estén certificados por una compañía especializada, que realizará además el seguimiento en la ejecución de esos planes, y precisa “un trabajo preparatorio intenso”, tanto interno como de puertas afuera.
En el momento actual desveló que el Tesoro ya trabaja con algún banco experto en este tipo de colocaciones soberanas en otros países y los ministerios involucrados, especialmente el de Hacienda y el de Transición Ecológica, están “identificando las partidas”. “Todo esto va a llevar unos meses. Por eso prefiero pensar en el tercer trimestre. Si fuera muy rápido y tuviéramos posibilidades quizá podríamos hacerlo en junio”, indicó, descartando julio y agosto por ser meses “no tan buenos” para el mercado, mientras que sí lo son septiembre y octubre.
(SERVIMEDIA)
08 Ene 2021
ECR/clc