Ante la gravedad de la situación en Japón y el debate que se ha abierto en todo el mundo desarrollado sobre la seguridad de las instalaciones nucleares, Zapatero quiso comparecer en rueda de prensa en el Congreso de los Diputados, tras asistir a la sesión de control.

Comenzó expresando la "preocupación, solidaridad y apoyo" de España a Japón. Para encauzar la ayuda y gestionar la información que llegue de las autoridades niponas, el Gobierno ha constituido una unidad de seguimiento que ha comenzado a trabajar hoy.

Una de sus labores es mantenerse en contacto con los españoles que se encuentran en Japón, a los que se facilitará el regreso, con respeto a las recomendaciones del Gobierno japonés.

En este sentido, Zapatero explicó que se atendrán las indicaciones del Ejecutivo nipón que, de momento, no ha recomendado una evacuación general por riesgo de contaminación nuclear.

El segundo objetivo del Gobierno es "disponer de la máxima información" y mantener un contacto "lo más directo posible" con las autoridades del país tanto para conocer sus necesidades como para ver la evolución de la crisis nuclear y los detalles cronológicamente ordenados del desastre.

El presidente se remitó al anuncio hecho en la sesión de control del Congreso por el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, quien, en línea con lo debatido por los países de la UE, ha solicitado al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) una revisión de los sistemas de seguridad de todas las centrales nucleares de España.

En concreto, dijo, se han pedido al CSN estudios sísmicos complementarios así como estudios sobre los riesgos de inundación. Los estudios comenzarán por la central de Cofrentes, ubicada en Valencia.

Aunque Zapatero insistió en que las centrales españolas son seguras, adelantó que a partir de ahora las condiciones de seguridad tendrán que acreditarse en "informes con criterios mucho más exigentes de los que se ha aplicado hasta ahora".

Con todo, insistió Zapatero, "nuestra gran prioridad, nuestro problema y mayor precupación" es ayudar al pueblo japonés, cuyo "comportamiento ejemplar de civismo y de responsabilidad, es la leccion más importante que podemos sacar" de la catástrofe.

Preguntado por la seguridad de las nucleares españolas, insistió en que podemos "mantener la tranquilidad". "Las centrales están sometidas a rigurosos exámenes de seguridad y sobre su estado. Lo que vamos a hace ahora es asegurarnos más".

Sobre las declaraciones del comisario europeo de Energía que calificó de "apocalíptica" la situación en Japón, Zapatero afirmó que "cuanto más dificil es una situación, más contenidas deben ser las palabras" con que se califica.

Por ello, insistió en la necesidad de aplicar la "mayor racionalidad posible", no sólo a la situación de Japón, sino al debate sobre la energía nuclear en general.

A su juicio, éste es un debate "que debe plantearse en términos de racionalidad y no ideológicos" y teniendo en cuenta la seguridad. Preguntado por la vida útil de las centrales, Zapatero reconoció que "la edad cuenta" aunque no se pronunció expresamente sobre el alargamiento del tiempo de actividad de las centrales españolas.