El BNG lleva así a la Cámara Baja las pesquisas realizadas por un equipo de científicos de las universidades de Oviedo y Grecia que analizaron el ADN de las diferentes especies de merluza y concluyeron que existen errores.

Dichos informes ponen de manifiesto que el 40 por ciento de las merluzas tienen un etiquetado falseado, asegura la diputada nacionalista.

Además del engaño a los consumidores y los riesgos para la salud, el BNG advierte de que esta situación también provoca desajustes económicos, ya que se trata de un pescado más barato que se vende más caro.

En su iniciativa parlamentaria, Fernández Davila pide al Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, del que depende Consumo, que investigue los hechos y tome las medidas necesarias para evitar que se incumpla la ley sobre etiquetado.