Así se expresó en una entrevista en Servimedia en la que recordó que el independentismo representa “al menos a la mitad de la población catalana” y que el delito de sedición “no tiene parangón en los países de nuestro entorno”, en los que hace falta para tipificarlo como tal un “comportamiento de incitación a la violencia” que él dice no haber “visto en ninguno de los presos”.

No obstante, puntualizó que “no es bueno dar estas discusiones en campaña electoral” y, en cambio, “no es casualidad que la estemos dando ahora”, a menos de dos meses de los comicios catalanes del próximo 14 de febrero. Esta situación “ayuda a que sea munición de unos y de otros”, cuando a su modo de ver el Gobierno debe abordar los indultos “no como regalo electoral a nadie ni como artefacto de campaña electoral, sino para responder a una anomalía”.

En esa línea, concluyó: “Le pediría al Gobierno que no lo utilizara como material electoral para darle más cancha, darle más aire a algunos partidos, y que por tanto esta discusión estuviera fuera de la cuestión, de la batalla, de la pelea, de la contienda electoral. Creo que no le hace ningún favor a nadie, creo que no le hace favor ni siquiera a las formaciones que lo quieran utilizar como estandarte en las próximas elecciones”.