“No creo que se pueda criticar al BCE por excesiva laxitud”, afirmó durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados ante la inquietud mostrada por algunos diputados sobre la oportunidad de levantar el veto al pago de dividendos cuando en primavera el BCE lo prohibió para que la banca tuviera hucha y se volcara en dar financiación a empresas y familias.

A juicio del gobernador del Banco de España, la política de retribución al accionista “tiene que seguir siendo muy prudente”, ya que persisten elevadas incertidumbres sobre la evolución de la pandemia y sus potenciales efectos sobre las economías y los negocios.

Sin embargo, explicó que el escenario no es el mismo que aconsejó vetar el pago cuando no había visibilidad alguna sobre los riesgos. Ahora se abre la mano y se permite algún abono porque ya hay más claridad sobre los efectos económicos, se dispone de mayor información sobre las vacunas y la solvencia de las entidades.

En defensa de la cautela con la que el BCE levanta su propio veto, recordó que solo permitirá repartir entre accionista hasta el 15% del beneficio que acumulen entre el 2020 y 2021 o 20 puntos básicos máximo de capital.

“Sigue siendo muy restrictivo”, sostuvo, recordando que normalmente la banca llega a distribuir de media alrededor del 50% de sus ganancias, y además el BCE continúa siendo muy cauteloso frente a otras jurisdicciones como los supervisores suizos, de Reino Unido o EEUU, que serán mucho más permisivos con sus bancos a partir del 1 de enero.