Así se refleja en las previsiones macroeconómicas presentadas este jueves por el presidente de la entidad, Iñigo Fernández de Mesa, y el director general, Gregorio Izquierdo, que, de esta forma, apuntaron que España alcanzará el nivel de PIB previo a la crisis del coronavirus a principios de 2023.

En lo que se refiere al déficit, el IEE calcula que cerrará 2020 en el 13%, que en 2021 se reducirá al 9,5% y que en 2022 se mantenga en el entorno del 8%, con la deuda superando el 120% del PIB en 2020. Por ello, el IEE considera que “es preciso que la economía española afronte el reto de la consolidación presupuestaria” y que “el elevado déficit público obligará a realizar un plan de ajuste presupues¬tario acorde con los objetivos comprometidos en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento”. A este respecto, además, Fernández subrayó que el Gobierno “debe poner el énfasis en la eficiencia del gasto y no en las subidas de impuestos”.

Asimismo, desde el IEE consideran que los principales retos de la economía española de cara a 2021 serán, por un lado, que los niveles de deuda y déficit no se incrementen con la misma intensidad que en 2020 y que se lleve a cabo” un aprovechamiento adecuado de los fondos provenientes de la Unión Europea”.

Sobre los fondos europeos, Fernández afirmó que, para su mayor eficiencia, deberían destinarse a inversión privada, ya que el IEE estima que cada euro público arrastrará tres de inversión privada, teniendo un efecto multiplicador del 4,4%, mientras que el consumo público no arrastraría inversión privada y tendría un efecto multiplicador del 0,6%.

En lo que se refiere al empleo, Fernández resaltó que los ERTE han permitido amortiguar la caída del empleo, pero indicó que la estimación del IEE es que el paro aumente en del 15,9% de 2020 al 18,8% en 2021.

En este sentido, preguntados por la conveniencia o no de subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), Fernández afirmó que en estos momentos la prioridad debe ser la creación de empleo porque “para poder pagar el SMI lo primero es tener un empleo”, y añadió que “no se cumplen los criterios para subir el SMI” ya que “la inflación es negativa, ha habido una caída de los ingresos empresariales y la coyuntura económica es de recesión histórica”.

Por último, Fernández apuntó varias reformas estructurales que España debería realizar, como una fiscal y de pensiones, otra de formación para aumentar la productividad, otra sobre el aumento de la inversión en I+D+i y la mejora de sus incentivos, y la simplificación de las barreras para el desarrollo empresarial y la unidad de mercado.