Salud

La enfermedad cardiovascular se ha duplicado desde 1990, según un estudio del doctor Fuster

- Pasando de 271 millones en 1990 a 523 millones en 2019

MADRID
SERVIMEDIA

La enfermedad cardiovascular (ECV) casi se han duplicado en los últimos 30 años, pasando de 271 millones en 1990 a 523 millones en 2019, mientras que el número de muertes por esta causa aumentó de forma progresiva, de 12,1 millones en 1990 a 18,6 millones en 2019, según un estudio dirigido por el doctor Valentín Fuster, director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y director médico del Hospital Mount Sinai de Nueva York.

En 2019 las enfermedades cardiovasculares fueron la causa de 9,6 millones de muertes entre hombres y 8,9 millones de muertes entre mujeres, alrededor de un tercio de todas las muertes a nivel mundial. Más de seis millones de estas se produjeron en personas de entre 30 y 70 años. China, seguida de India, Rusia, EEUU e Indonesia, encabezan esta lista.

El estudio, que publicó este miércoles el 'Journal of the American College of Cardiology', concluye que urge que todos los países establezcan programas de salud pública destinados a reducir el riesgo cardiovascular basados en la modificación de las conductas individuales.

Las ECV, en particular la cardiopatía isquémica y los accidentes cerebrovasculares, son la principal causa de muerte en todo el mundo, causa de discapacidad y de aumento de los costes en la atención médica, afirma. El documento incluye 13 causas de muerte cardiovascular y nueve factores de riesgo relacionados. Para cada causa y factor de riesgo, los autores identificaron qué regiones y países tienen los casos más altos y más bajos de prevalencia y el número de muertes, así como medidas que incluyen el número de años de vida perdidos (AVP), el número de años vividos con discapacidad (AVD) y la cantidad y las tendencias temporales de los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD).

El documento también aborda cómo las medidas adoptadas para cada patología cardiovascular y sus factores de riesgo y las inversiones en investigación cardiovascular, tienen implicaciones para la práctica clínica y en el desarrollo de sistemas de salud y de políticas nacionales y regionales.

“Existe una necesidad imperiosa de centrarse en la implementación de las políticas de salud e intervenciones existentes si el mundo quiere cumplir las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 y lograr, al menos, una reducción del 30% de la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles para 2030 ”, señala en el artículo el doctor Fuster.

“Frente a una pandemia viral global, debemos enfatizar más los compromisos globales para reducir el sufrimiento y la muerte prematura causados por las ECV, lo que limita el desarrollo saludable y sostenible de todos los países del mundo”, concluye.

(SERVIMEDIA)
09 Dic 2020
MAN/gja