La comparecencia, solicitada a petición propia, arrancará a las 16.00 horas con un orden del día que incluye detallar también las implicaciones y consecuencias de la integración y para la participación del Estado en Bankia.

El Estado controla actualmente un 61,81% de Bankia a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), que pasará a ser el 16,1% en el grupo que salga de la unión y que será el mayor banco de España, con cuotas de mercado de alrededor del 25% y más de 20 millones de clientes.

Su tamaño, medido en volumen de activos, superará los 660.000 millones de euros y equivaldrá a más de la mitad de la riqueza del país medida en términos de PIB.

Calviño siempre ha defendido la privatización del banco, con la salida del Estado de su capital frente al interés de Unidas Podemos, socio del Gobierno, de utilizarlo para crear una banca pública; algo que ya queda descartado con el proyecto de fusión.

Sin embargo, la desinversión se ha ido retrasando para maximizar la recuperación de ayudas ante la debacle bursátil que llevan años sufriendo los valores bancarios ante la situación económica y los tipos negativos. El Gobierno del PP fijó en el año 2012, cuando se nacionalizó Bankia, que el Estado debía salir de su capital antes del 2017 y lo extendió después al 2019, fecha que el Ejecutivo de Pedro Sánchez prorrogaría también hasta finales de 2021.

La propia ministra de Asuntos Económicos reconocía el pasado mes de octubre que “no habría ningún problema en extender” el plazo para la privatización de Bankia con el objetivo de “maximizar” el valor de la participación pública y con ello, la recuperación de las ayudas inyectadas.

Su indicación la realizó después de que Bankia hubiese anunciado planes de fusión con Caixabank, cuyo proyecto fue aprobado ya la semana pasada en sus respectivas Juntas de accionistas y ahora solo está pendiente de recibir las autorizaciones regulatorias preceptivas.

La nueva presidenta del Frob, Paula Conthe, explicó también en el Congreso que la fusión “genera valor”, porque se invierte "en unas acciones que van a seguir una evolución más positiva", y abre el abanico de opciones disponibles para salir de su capital con mejores perspectivas cuando así se decida.

Entre otras opciones apuntó que se podrían, llegado el caso, ordenar colocaciones rápidas de paquetes (las llamadas 'accelerated bookbuilding’), realizar desinversiones como las efectuadas en Reino Unido con Lloyd’s con el denominado ‘drive-out’ que son pequeñas ventas diarias o, incluso, grandes colocaciones.