Lo dijo durante la inauguración de las XIV Jornadas STIC CCN-CERT, el evento de ciberseguridad más importante de España, organizado por el Centro Criptológico Nacional (CCN), organismo adscrito al CNI, que este año se celebra telemáticamente como consecuencia del impacto de la pandemia del coronavirus.

Durante su alocución, Paz Esteban constató que la pandemia “no ha sido un generador de nuevos riesgos, sino un potenciador de tendencias existentes”, lo que le sirvió para observar que durante este tiempo se ha evidenciado un “salto cuantitativo y cualitativo, también de la gravedad”, de los ciberataques.

Prueba de ello, dijo la directora del CNI, es que actualmente el número de incidentes graves vinculados a la ciberseguridad ha duplicado el registrado en 2019, mientras que la cifra de los ciberataques críticos ya ha superado los habidos el año pasado.

Paz Esteban explicó que la pandemia ha sumido al país en una “situación excepcional”, uno de cuyos principales exponentes ha sido el teletrabajo, una tendencia que ha puesto de manifiesto “nuevos escenarios de riesgo”, tales como el “aumento de la superficie de exposición” a ciberataques, el uso de recursos tecnológicos personales para fines corporativos y la mayor incidencia de vulnerabilidades en materia de ciberseguridad.

Por su parte, comentó que “la utilización del ciberespacio para agresiones tiene un gran impacto sobre la seguridad nacional, sobre nuestro país y sobre el bienestar de los ciudadanos”, hasta el punto de que la ciberseguridad se ha convertido en “la principal preocupación” de las empresas privadas y de las administraciones públicas.

“Nadie escapa de un ciberataque”, advirtió.

Llamó a tener en cuenta que la ciberseguridad no contempla únicamente aspectos técnicos, sino que aglutina también cuestiones administraciones y legales, lo que sirvió para aseverar que el CNI juega un “papel vital” en esta cuestión, “pero no puede actuar sólo”.

Por ello, la directora del CNI concluyó su intervención instando a los poderes públicos a poner en marcha un “proceso horizontal para desarrollar la ciberrresiliencia”.