Arrimadas se reunió este viernes en el Parlamento vasco con los dos representantes de su partido en la Cámara autonómica, José Manuel Gil y Luis Gordillo, que concurrieron en coalición con el PP y forman un grupo parlamentario presidido por Carlos Iturgaiz.

Después de la reunión aseguró en rueda de prensa que Ciudadanos seguirá siendo "bastión del constitucionalismo" y "dique de contención de la imposición nacionalista", una "ventana de libertad, de aire fresco", y que trabajará por una Euskadi para todos, centrada en la solución de problemas que "no pueden taparse con banderas nacionalistas".

Anunció, en ese sentido, una propuesta de reforma del reglamento penitenciario para que se exija el arrepentimiento y la colaboracion con la justiicia como requisito "imprescindible" para acceder a lo que Ciudadanos considera un "beneficio", el acercamiento a cárceles próximas al núcleo familiar, manteniendo en caso contrario la dispersión.

Además, para acercar "simbólicamente" a la "diáspora" de vascos que hueron del terrorismo, Ciudadanos reclama una reforma de la legislación electoral para que puedan votar en todos los comicios, incluidos los municipales.

Arrimadas se mostró convencida de que los votos de Bildu y de ERC "ni son necesarios aritméticamente, ni tolerables éticamente" para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, ya que Ciudadanos ha tendido su mano "moderada" al Gobierno para que no tenga que depender de "condenados", ya sea por sedición o por cooperación en un secuestro.

El hecho de que el Gobierno haya acordado con el PNV la supresión del impuesto al diésel previsto inicialmente en los Presupuestos Generales del Estado es, en opinión de Arrimadas, la prueba de que Ciudadanos "tenía razón" cuando dijo que había alcanzado ese compromiso con el Ministerio de Hacienda. "No me importa a quién le den la medalla", aseguró. Además, apuntó, ese acuerdo confirma "aún más" que los votos de Bildu y ERC no son necesarios y si el Ejecutivo los utiliza es "porque quiere".