En su boletín trimestral de morosidad 'Pulse' publicado este viernes constata que son procesos que estuvieron contenidos hasta octubre, ya que apenas se declararon 3.306 concurso de acreedores frente a los 3.890 del periodo comparable del 2019, cuando el pasado año habían crecido un 17,2% interanual.

Dicha caída coincidió con la moratoria aprobada por el Gobierno que ha eximido a las compañías insolventes de la obligación de declararse en concurso de acreedores e impide a los jueces admitir a trámite las solicitudes de concurso necesario que se hubieran presentado durante el estado de alarma y en los dos meses posteriores a su cierre.

“Con esta medida, se enmascara la auténtica realidad del tejido empresarial español, no olvidemos que España es un país de pymes, micropymes y autónomos. Esta característica hace que nuestro país presente un comportamiento muy desfavorable a entornos económicos adversos”, avisan los expertos de Axesor.

A su juicio, la realidad es que la caída de la facturación junto al “hundimiento en la afluencia de turistas extranjeros, el desplome del consumo donde ahora la preferencia de las familias y empresas es el aumento del ahorro, las más que razonables dudas sobre la campaña navideña, etc., conducen a tener una visión bastante pesimista en cuanto a la insolvencia de numerosas empresas”.

Solo en octubre y pese a la moratoria el informe subraya que se presentaron 504 solicitudes concursales, un 10,5% más que en el año anterior, cuando fueron 456 peticiones. Supone la cifra más alta desde el 2015, año de la salida de la recesión de la crisis financiera, cuando se registraron 560 concursos de acreedores en el mismo periodo de tiempo.

“Aún existe margen para atenuar el aumento de las quiebras empresariales”, explicó Axesor, reconociendo que las medidas desplegadas de ayuda a las empresas “mitigan, pero no frenan el escenario pesimista, precisamente aquel que con más probabilidad ocurra según va pasando el tiempo y se incrementan los perniciosos efectos de la pandemia en la economía y la situación de familias y empresas”.

En términos de morosidad, su estudio apunta que, si bien la ratio se situó a finales de julio en el 4,8%, lo que supone un descenso interanual del 9,28%, también “destaca el frenazo en la reducción de la tasa de morosidad”. Su ritmo de reducción ha caído tres puntos, desde el 10,6% de junio de 2019 al 7% de agosto.

Desde la óptica del sistema financiero, reconoce que existe un “razonable” margen de seguridad para los bancos a la hora de enfrentar el previsible incremento de la tasa de morosidad en los próximos meses y confirma que el grifo del crédito continúa abierto.

El servicio de estudios de Axesor cree que el sector financiero “va a tener un papel crucial en la recuperación de la actual crisis”, y “será el punto de apoyo para la transformación económica de los próximos años”.