Zapatero definió la crisis económica como "el gran tema del año, e incluso de la legislatura", y la catalogó como la mayor de los últimos 60 años en el mundo, que, "ante todo", está siendo "una crisis financiera, que ha bloqueado la alimentación fundamental de un sistema económico: el crédito". De ella, llamó a extraer "lecciones" acerca de los "dogmas sobre desregulación" y "lo que significa el Estado del Bienestar para la población de un país".

Respecto a su evolución, situó el "máximo deterioro" económico en "el último trimestre de 2008 y el primero de 2009". Desde entonces, y "gracias a las medidas extraordinarias aprobadas por todos los gobiernos", han ido mejorando los índices de consumo y confianza, por lo que se puede afirmar que "lo peor de la crisis ha pasado ya".

En relación a España, el presidente dijo que el peor momento fue el primer trimestre de este año, y aventuró que "en el umbral de 2009 a 2010 esperamos tener ya los primeros signos positivos" de cara a la recuperación económica. Mencionó expresamente el "ajuste muy duro del sector inmobiliario", en el que sin embargo prevé una menor caída y "mejoras de expectativas de beneficios" para los próximos trimestres. En el extremo contrario, destacó los "valores menos negativos" que están registrando en el tercer trimestre los automóviles, la energía y los mercados bursátiles.

El jefe del Ejecutivo reconoció que España, que fue el país que más empleo creó en la UE en los últimos años, ha sido durante la crisis el que más ha destruido, pero destacó que también ha sido "el que más esfuerzo ha hecho en la protección al desemplo", y aseguró: "Sabremos volver a crear empleo cuando llegue la recuperación económica". A este respecto, prometió proyectos especiales para dos colectivos: el de los jóvenes y el de los parados de larga duración".